29.1.07

Informe para una Academia (I)



Al final no me quedé en casa con mis pantuflas y mi manta de Iberia. Tampoco fui a la gala con ese atuendo, aunque, al lado de XXX no hubiera desentonado. (En XXX cada uno coloca el nombre que le parezca más adecuado).
Estuve viendo la gala diferida tomando algo con unos cuantos amigos. Y por fin he entendido esa expresión tópica de "la resaca de los Goya".
Como todo el mundo, tengo una opinión sobre el vestido de María Valverde, el premio al mejor guión, la ausencia de Almodóvar, los sketches de Corbacho... etc.

Os invito a colgar aquí las vuestras.
Pero hay algo que me parece un poco más objetivo, algo que la Academia - en mi opinión - debería intentar solucionar: me refiero a los premios en el apartado de cortometrajes.
Me voy a explicar: en España hay cientos de festivales de cortos de los que apenas te enteras si no eres concursante, si no presentas el tuyo.
Pero, eso sí, entre el centenar largo de cortos que se graban o ruedan cada año, suele haber un puñado que acumula los premios. Muchas veces tienen calidad extraodinaria, tocan la fibra sensible del jurado, resultan muy graciosos... lo que sea.
Presentas tu corto en Albacete y te gana Fulanito. Vas a Alcalá y te vuelve a ganar Fulanito. Y así en casi todas las capitales de provincia. Si no es Fulanito, es Zutanito o Menganito. Siempre o casi siempre los mismos.
Al final del año, después de pasear tu corto por toda la Península, acabas admitiendo que esos cuatro o cinco cortos son los mejores del año.
Estupendo.
Entonces es cuando llegan los Goya.
¿Y qué pasa?
Que no nominan a tu corto.
Lo entiendes. Si no ha sido capaz de pasar la criba del concurso de cortos de Guijuelo, es lógico que no pase la de los Goya.
Lo que no acabas de entender es que... de los cortos candidatos a los Goya no conozcas ninguno. Tú, que te has corrido juergas con todos los cortometrajistas del país, que, a fuerza de concurso has acabado conociendo a scripts, productores, actores y directores de foto... no sabes quiénes son esos tipos nominados.
Entre los candidatos no están ni Zutanito ni Fulanito, los tipos que se están construyendo un chalet con los premios ganados. Como mucho, conoces a uno de los cuatro. Y, además, no suele ganar.
En cambio, algunos cortos casi inéditos en el "circuito" sí están entre los finalistas. Y, frecuentemente, son también los ganadores.
Todos los años ocurre lo mismo.
Pero algunos años, como éste, es mucho peor.
Dos de esos cortos premiados en docenas de concursos, Los Fulanito y Zutanito del 2006, están optando para otro premio más. Una tontería. Una cosa alargada y dorada que dan en Hollywood. El Oscar.
Dos cortos nacionales. De cinco candidatos, dos son de aquí.
Guay.
Y la pregunta es... ¿cuál de ellos ganó el Goya ayer? ¿Cuál está mejor colocado para los Oscar?
La respuesta es... ninguno.
Los dos candidatos al Oscar no estaban ni entre los nominados a los Goya.

Ocurrió algo parecido con "7:35 de la mañana" y, en documentales, con "Balseros".
¿Podemos permitirnos que vuelva a pasar?
Claro que sí pero...
yo creo que no deberíamos.
Me parece que es urgente revisar cómo se lleva a cabo la selección de cortometrajes. Corregidme si me equivoco pero creo que en el caso de los Oscar, los cortos premiados en ciertos festivales internacionales reconocidos se ganan la posibilidad de ser nominados. El comité de selección de la Academia no tiene que ver todos los cortos sino que elige entre este grupo. ¿No podría hacerse algo así para los Goya? ¿Se os ocurren otras maneras de acabar con esta arbitrariedad tan... curiosa?

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28.1.07

Al día siguiente...

Bien, dentro de unas horas, muy poquitas, se entregan por fin los Goya. Ya estoy preparando las zapatillas y la manta de Iberia.

Espero que algún lector del blog resulte premiado pero, seamos realistas, lo más seguro es que la mayoría de vosotros no se lleve un cabezón para casa.

Sea como sea, hay algo que os recomiendo no hacer. Por favor, no llaméis a José Luis Fernández para encargarle que os haga uno. Este hombre, escultor de los premios desde la segunda edición, está un poco mosqueado porque cada año alguien le pide que le haga un Goya, pese a no haberlo ganado. Lo cuenta en este entretenido artículo de El País.

¿Quiénes serán esas personas tan interesadas en tener su propio "Sordo de Fuendetodos" sobre el piano? ¿Algún director con demasiado ego? ¿Algún actor que se considera injustamente relegado? , ¿el tipo de sonido al que echaron de la película premiada porque se le cayó una taza de café sobre la mesa de mezclas? ¿Qué drama hay detrás de esas llamadas?

De todos modos, la buena noticia (¿o la mala?) es que José Luis Fernández es un hombre incorruptible. Dice que la única manera de conseguir una de sus estatuillas es rodar una película y ganar el premio. Complicadillo lo veo. Ojalá fuera así de difícil conseguirse una figurita de Lladró.

(Otra cosa curiosa, la primera estatuilla de Goya era diferente de la actual. Contenía una pequeña cámara de cine que, gracias a un mecanismo, salía del interior del premio. No quiero ni imaginarme el susto de algún premiado cuando, una vez en casa, y con unas copas de más, viera una especie de “alien” emergiendo de la cabeza del pintor aragonés).

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24.1.07

Alabemos ahora al cine español

No queda nada para la entrega de los Goya (por cierto, yo pasaré “la fiesta del cine español” en casa con mis zapatillas de cuadros y mi albornoz, viendo la tele. Sexy, ¿eh?)

Pero esto de los Goya (y las recientes candidaturas a los Oscar) me ha hecho darle unas cuantas vueltas a la cabeza.

En este país llamado España tenemos una imagen un tanto chunga de nuestro cine.

Tampoco tenemos una imagen demasiado buena de nuestro whisky nacional, es cierto, pero, como yo no trabajo para DYC, eso no me importa demasiado.

El prestigio de nuestro cine, en cambio, me preocupa un poco más.

Circula por ahí una impresión general que, en suma, se puede resumir así:

El cine español es una mierda.

Ejem.

Bien. Veamos.

Bueno, esto de “una mierda”... es pelín subjetivo.

Estoy seguro de que hay gente muy lista a la que le encantó “Ishtar”.

De hecho, eso espero, porque... yo le encontré su puntito.

Tal vez convenga buscar algún criterio un poquito menos subjetivo que establezca qué es bueno y qué es malo. Para eso están los premios, aparte de para estrenar vestido.

Tomemos unos premios de prestigio internacional... ¿Cuáles son los más famosos del mundo?

Los Fotogramas de Plata.

Bueno, aparte de esos... tomemos los Oscars de Hollywood, por ejemplo.

Posiblemente no sean los premios más arriesgados y, desde luego, no son los más prestigiosos entre los cinéfilos. Pero, al resto de nosotros nos suelen servir de referencia.

Bien, pues, desde 1980, es decir, en los últimos 26 años, ningún país del mundo ha ganado tantos Oscars a la mejor película en lengua extranjera como España.
Habéis leído bien: más Oscars que ningún otro país del mundo (a los de otros mundos también les ganamos, por incomparecencia).

Fueron cuatro premios (Por “Volver a empezar”, “Belle Époque”, “Todo sobre mi madre” y “Mar Adentro”).

Durante este periodo, el cine francés, indudablemente más potente que el nuestro consiguió... un solo Oscar. Por "Indochina" (sí, yo también pienso que deberían devolverlo).

Alguien puede pensar: las películas españolas premiadas fueron casos aislados, golpes de suerte excepcionales.

Pues... el caso es que tampoco es así.

Porque España es el país que más nominaciones a ese mismo Oscar acapara en ese periodo: 11. En esto sí estamos empatados con Francia.

Además de las de Garci, Trueba, Almodóvar y Amenábar, han sido candidatas en esta categoría películas de Carlos Saura y Montxo Armendáriz.

Por añadir algo más – especialmente interesante para un blog de guión - en estos últimos 25 años ninguna película extranjera ha ganado el premio al mejor guión original. Ninguna excepto... “Hable con ella” dirigida por Pedro Almodóvar, en la edición de 2002.

Además, en este periodo, los intérpretes Javier Bardem y Penélope Cruz, los músicos Alberto Iglesias y Javier Navarrete, los cortos “Esposados”, “7:35 de la mañana”, “Binta y la gran idea” y “Éramos pocos” y el documental “Balseros”, entre otros, han sido también candidatos a los premios.

Casi nada.

Ahora mismo, una coproducción mayoritoriamente española, rodada y ambientada en nuestro país y su historia, con innumerables actores y técnicos españoles recibe ni más ni menos que 6 candidaturas a los Oscars.

Podéis comprobar todo esto aquí, en la estupenda base de datos oficial de la Academia de Hollywood.
Todavía me acuerdo de aquellos tiempos en que nuestro único compatriota vivo con premio de la Academia era Gil Parrondo.

Hasta ahora, he escrito sobre la calidad del trabajo que se hace en el cine de nuestro país. ¿Y qué hay de la cantidad?

Pues, en números, la producción de cine en nuestro país es inferior a la francesa pero muy superior a la italiana, la alemana, la británica y la de cualquier otro país europeo.

En resumen, el panorama no parece demasiado desalentador, ¿no?

No creo que podamos presumir de tener tal predominancia en muchos otros campos culturales, económicos o deportivos.

A estas alturas, yo diría que mirando estos datos podemos decir, sin elevar demasiado la voz, que... el cine español NO es una mierda.

No quiero que esto suene como un panfleto autocomplaciente: está claro que nuestro cine necesita muchas (muchísimas) mejoras. Se trata de una industria precaria, muy dependiente de la financiación pública, poco valiente, endogámica, con un tirón popular demasiado limitado...

Pero creo que eso nos lo repiten los medios, y nosotros mismos (habría que pensar por qué interiorizamos con tal facilidad estas consignas) durante 364 días cada año.

Yo diría que nuestro deporte nacional no es el fútbol, tampoco los toros... sino el lanzamiento de cantos rodados contra nuestro propio tejado. ¿Por qué no nos damos un día de descanso?

Ahora llegan los Goya. ¿Por qué no nos enfundamos en nuestra bata más cálida y nuestras pantuflas más cómodas – ejem, no hagáis esto si estáis invitados a la gala, please –, nos relajamos un poquito y nos dedicamos a admirar a los candidatos, a criticar sus vestidos y a felicitar a los que ganan los premios mientras deseamos estar en su lugar el año que viene?

Desde luego, eso es lo que haré yo.

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22.1.07

La barra de la ducha

Imagina que estás en tu oficina. Intentas trabajar en un nuevo guión pero, en el fondo, tienes la cabeza en otro sitio. En la peli que acabaste de rodar hace unos meses. Ya hace unas semanas que la enviaste a Sundance y todavía no has recibido noticias. No es la primera que diriges, pero sientes que tal vez sea la buena.

Hablas con tu productor. Dice que todavía no hay nada oficial. Los del festival de Sundance han hecho la elección de películas a concurso pero... todavía no ha habido llamada. ¿Tal vez los productores de las pelis elegidas estén ya celebrándolo?

Miras el teléfono, esperando a que suene. Ir a Sundance sería un punto de giro en tu carrera. ¿Punto de giro? No puedes evitar que la jerga de manual de guión se introduzca incluso en tus pensamientos.

Pero no. El teléfono no suena.

Lo único que escuchas son unos espantosos ruidos. Están de obras al otro lado del tabique. Así no puedes trabajar.

Te levantas de la silla y vas a protestar. ¿No podrían dejar de hacer ese ruido? Por lo menos durante un rato.

Ya no puedes imaginar nada más. Ahora te lo cuento yo.

Tu cuerpo aparece colgado de la barra de la ducha. Estás muerta.

La policía habla de suicidio hasta que alguien encuentra una huella dactilar que no debería estar ahí. Interrogan al obrero peruano que trabajaba al otro lado del tabique. Éste acaba confesando que discutisteis por los ruidos, que te empujó, caíste y te golpeaste contra una mesa. Que te colgó para simular un suicidio.

Suena el teléfono. Tu productor descuelga y escucha que la película ha sido seleccionada para Sundance. Se estrena en el festival esta semana.

19.1.07

Soplo

Gracias a mi amigo Jonás, me llega la información de que en la productora de animación Icon Animation están buscando guionistas para distintos proyectos dirigidos al público infantil y juvenil.
El email de contacto es israel.tamayo@icon-animation.com.
Suerte a todos.

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14.1.07

Asunto: quisiera escribir un buen guión



Mi nombre es Claudio Delgado, vivo en Paraguay tengo 18 años, y me encanta el arte de escribir guiones y hacer volar la imaginación.
Bueno, el asunto es que a mi me gusta aprender de la vida, no he hecho cursos de guión por que no he tenido la posibilidad aquí, saben que el cine paraguayo es muy precario, y no se incentiva la formación de guionistas, prácticamente, uno tiene que salir del país a estudiar en otra parte para ejercer una profesión así. Y yo quiero iniciarme aquí.

He bajado cursos, escribí pequeños guiones, y realice una película casera de un guión que hice, nada profesional pero con intenciones de entrar de a poco en este mundo.

Lo que solicito es que me ayuden, con cualquier tipo de material que dispongan, me será muy útil.
También me gustaría leer algunos guiones hecho por usted.

Bueno, desde ya muchísimas gracias, y espero su respuesta.

Atte
Claudio Delgado

Hola, Claudio.

Al leer el asunto de tu mensaje: “Quisiera escribir un buen guión” lo primero que pensé fue: y yo también, tío, yo también.

Y más o menos es lo que sigo pensando.

Pero ya que cometí la indecencia de abrir una especie de consultorio sobre un asunto del que sé poco, vamos a intentar responder.

Por lo que veo, quieres aprender a escribir guiones sin ir a una escuela, ya que eso te exigiría incluso salir de tu país.

Lo primero, tranquilo, muchísimos de los mejores guionistas de cine y televisión de todo el mundo no han pasado jamás por una escuela. Y muchos dicen no haber leído nunca un manual de guión.

Sobre estos manuales de guión ya hablamos un poco aquí. Ya sabes, los nombre clásicos son Syd Field, Robert Mckee y Linda Seeger. Y el más clásico de todos, Aristóteles. Si lo entiendes y le dedicas tiempo, éste último seguramente es el mejor.

Leer guiones de películas también puede ser un buen ejercicio para ir aprendiendo. En estas páginas: imsdb, script-o-rama y simplyscripts (las he obtenido del magnífico blog del pianista) puedes descargarte guiones completos de cientos de películas. Una pega: están en inglés.

En castellano hay muchos menos guiones disponibles gratuitamente en Internet, por lo que he visto. Gracias al foro de abcguionistas he llegado a este rinconcito de la Red donde el Instituto Cervantes ha colgado algunos guiones, Calle Mayor, escrita y dirigida por J.A. Bardem.

Evidentemente, siempre puedes optar por comprarte guiones editados en libro, por ejemplo, los de Plot, Ocho y medio u otras editoriales.

Uno de los tópicos más habituales es que a escribir se aprende... escribiendo. No sé si es cierto (por cierto, ¿qué pensáis vosotros, demás lectores?) pero, de todos modos, espero que esta información te sea útil.

Un saludo desde este lado del Océano a mi primer y valiente corresponsal paraguayo.

Mucha suerte.


P.D. 1: En cuanto a lo de enviarte un guión mío... me da cierta vergüenza, Claudio, tal vez no haya llegado el tiempo de malograr la mente de un joven y prometedor guionista.
P.D. 2 La foto es una vista de Asunción, capital de Paraguay (robada de la Wikipedia).

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9.1.07

Muerte de un guionista

Hace unos pocos días, en plenas fiestas, leí una estupenda necrológica en el País. Está aquí pero, desgraciadamente, pertenece a la sección de suscriptores de elpais.com, así que la mayoría no podréis leerla. Aquí he encontrado otra nota sobre su muerte en otros periódicos digitales.

El caso es que ha muerto Vicente Coello.
¿Y ése quién es? - os preguntaréis.

Pues yo, así, a ojo, diría que Vicente Coello fue el guionista de más éxito de la historia del cine español.

Este tal Coello, valenciano nacido en 1915, escribió los guiones de 68 películas producidas (añado lo de producidas porque me temo que en su caso también se cumplía eso de que por cada guión producido hay X que quedan esperando su oportunidad en una estantería).

No sé gran cosa del cine español de esa época (mea culpa) pero casi todos los títulos me suenan y mucho: “Los ladrones somos gente honrada” – que coescribió con Vicente Escrivá – como muchas otras, “El expreso de Andalucía”, la película sobre fútbol “Once pares de botas”, “Pequeñeces” dirigida por Juan de Orduña, “El tigre de Chamberí” (un boxeador que campa por mis dominios) y el exitazo “Recluta con niño” con José Luis Ozores (y, por supuesto, también “Cateto a babor”, el remake de 1970), “091, policía al habla”, “La familia y uno más” y el clásico “Atraco a las 3” que escribió con Pedro Masó y Rafael J. Salvia.

También fu el guionista de otras películas igual de famosas pero poco apreciadas por la crítica: algunas protagonizadas por Paco Martínez Soria como “Abuelo Made in Spain” o “La ciudad no es para mí”. Por Alfredo Landa, como “Jenaro el de los catorce” y “Vente a Alemania, Pepe”, entre otras o incluso por Bud Spencer y Terence Hill en "Y si no, nos enfadamos".
Películas que fueron grandes éxitos de taquilla en su tiempo, ahora nutren “Cine de barrio” en TVE-1... y siguen consiguiendo audiencias millonarias.

Además, Coello tuvo tiempo para dedicarse al periodismo. Fue cronista deportivo para varios diarios, pero también fundó con José Ángel Ezcurra en 1946 la prestigiosa revista Triunfo que, con el tiempo, se convirtió en uno de los medios más críticos con el franquismo.

Repasar la filmografía de Coello me ha resultado impresionante. ¿Cómo se las arregla uno para trabajar en todas o casi todas las películas de éxito de su tiempo? ¿Cómo logró conectar con el público durante treinta años? Algo mágico debía de tener él, y gran parte del cine español de la época, para lograr atraer a los espectadores de un modo tan masivo (y seguir haciéndolo ahora, con las emisiones en televisión de sus obras).

¿No resulta irónico que un guionista tan popular... sea tan poco popular, es decir, tan desconocido?

¿Qué opináis vosotros sobre el cine español de esa época? ¿Podemos aprender algo de él? ¿Ha sido despreciado injustamente o... no? Reconozco que no tengo una opinión demasiado clara...

Tal vez no sirva de nada, tal vez morir en el anonimato mientras la tele sigue poniendo tus películas sea el destino del que escribe para la pantalla pero, por lo menos, quería dar noticia de que el otro día, en Madrid, murió un guionista.

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