Pedazos de 2007
Sólo quedan dos días para que este 2007 acabe (sí, soy de esos que se lo tienen que pensar dos veces antes de escribir la última cifra, nunca sé muy bien de qué año salimos y en cuál entramos).
Todos tenemos nuestras venerables tradiciones para estas fechas: intercambiar las medicinas de la abuela, lanzar botellas de champán al aire en la Puerta del Sol y esperar ansiosos a que caigan sobre la crisma de otros tipos que, a su vez, acaban de lanzar una botella al aire...
En este blog hago algo menos peligroso y mucho más original: una lista de lo mejor del año.
Hay experiencias personales, películas, libros, series de televisión... Cualquier cosa que ha quedado fuera del alcance del cada vez más poderoso olvido.
Empiezo esta anárquica enumeración.
Beni vuelve a casa caminando por una carretera desierta, es de noche. Las estrellas brillan sobre él, en un mágico cielo de color imposible. Digno y magullado, el trompetista se desplaza a cámara lenta, en una especie de extraño baile. (Sin duda, para mí, la secuencia del año en el cine español)
Nadie me había hablado de aquél sitio. No recuerdo cómo acabé llegando a El Chaltén. Sí recuerdo el albergue de madera en el que me hospedé, con mi mochila y mi viejo portátil a cuestas. El pueblo parecía la aldea de "Infierno de Cobardes", casas de madera rodeadas de montes nevados. Después anduve hasta la laguna Capri. Hacía un día precioso. Saqué esta foto en la que se ve el Pico Fitz Roy. A la vuelta, en mi mente iba escribiendo esto.
"Yo", dirigida por Rafa Cortés. Un depósito de agua, una botella de whisky Cardhu... Otra de las pelis españolas del año, en mi opinión, claro.
"Studio 60". El episodio más fallido de una serie medio fallida se llama "The Disaster Show". No aparece ninguno de los tres protagonistas. Mi teoría es que se tomaron un respiro ante el fracaso de audiencia mientras se reescribían sus tramas amorosas. Todo el peso lo llevan los secundarios. El episodio es flojo pero, a la vez, es extrañamente conmovedor. Como en una especie de espejo, trata sobre un programa en el que todo sale mal. Los de atrezzo están en huelga y nada está donde debería estar. Los disparos suenan sin que nadie los dispare, etc. Al final, el realizador habla por el "pinganillo" a la estrella invitada, que ha sufrido todos los percances imaginables, y está irritada, pero debe disimular ya que sigue en el aire, despidiendo el programa. El realizador le pide que diga "gracias" si en medio de todo ese lío, durante todo ese programa caótico, ha habido algún momento en el que, a pesar de todo, se ha divertido. Ella tarda un momento y luego, con una sonrisa, responde a la cámara "Gracias". Con este episodio, con esta serie, entendí lo que significa eso de "fracaso glorioso".
Ciento y pico páginas de un libro. Las primeras de "Yo no" de Wolfgang Fest. El padre del autor, un director de instituto durante los primeros años de la Alemania Nazi, tuvo el valor de decir "no" donde casi todos decían "sí". Perdió su empleo, se le prohibió ejercer cualquier trabajo pero, a cambio, fue un hombre.
Otro libro: un montador un poco loco dialoga con un novelista premiado. Posiblemente, el mejor libro de cine del año.
Ok, mucho Bresson, demasiado Wong Kar Wai pero... Ballesta robándole al novio de María Valverde... es otra de las imágenes del año para mí. El tiempo congelado en un autobús urbano.
Patético pero, espero, también divertido. Yo, solo, bailando en casa hacia las dos de la mañana, para grabar esto. Doy gracias por tener tantos vecinos sordos. (Aquí la versión corta. Pronto, la definitiva).
Tormenta en la pradera, caballos sobre la nieve, voz en off, atracciones de feria y sobre todo, ese asalto al tren. Vapor y niebla, faros amarillentos. Jesse James y Robert Ford en una historia mal contada. ¿Otro fracaso glorioso?
Viggo, desnudo, con los tatuajes de capitán aún frescos en la piel. En el baño turco. Suda. Sentado, agacha la cabeza. No sabe lo que le espera: se le viene encima la secuencia del año.
Esa entrega de premios en la Almunia de doña Godina. Un fin de semana demasiado intenso para resumirlo aquí. Sólo un detalle: con muletas, en el coche del tipo de la organización que está medio borracho y, en vez de devolvernos al hotel, se empeña en hacer trompos con el coche y en simular que va a atropellar a los peatones.
Miami. Un camión de hielo. Una cabeza golpea el parabrisas. Sí, solo la cabeza. Un forense guarda algo muy inquietante en su aparato de aire acondicionado. Una muñeca troceada aparece en el congelador de su casa. Pero, sobre todo, esa novia tan frágil que parece salida de un cuento de Carver.
Noche de estreno en Madrid. He bebido mucho y he hablado demasiado. Amanece por la Gran Vía. Robo un periódico del montón que acaban de dejar frente al Vips, aún cerrado. Leo en voz alta para mis amigos la crítica de "El País" de la película que ellos acaban de estrenar. Es casi neutra hasta que llega la última frase. Esa última frase. Después nos vamos a desayunar y yo quisiera no tener que volver a casa jamás.
Casey, el hermano del director, sentado junto a una niña en el sofá, frente a la tele. Acaba de salir la madre, posiblemente a ligar con algún desconocido. Casey sabe que no va a poder estar ahí siempre. No va a poder cuidar de la cría todas las noches que su madre salga a emborracharse. El otro la hubiera cuidado mejor. ¿Qué debería haber hecho? A veces lo justo no es lo mejor. En esos casos, ¿qué elegir?
"Te prometo que nunca seré tu amigo" - mi frase favorita de este cortometraje. (Actualización, ahora el link funciona, pero eso sí, el corto está doblado al castellano).
Rodaje de corto. Parque Norte, Madrid. Todo ha acabado. En las carpas que hay junto a la cancha, alguien abre champán. Me pasan un vaso de plástico, pero la gente ya se está yendo. El actor y el operador de cámara lanzan unos tiros en la canasta. Ya es de noche. Ha habido chistes, alguna discusión, planos que no se han podido rodar, planos que se han improvisado, ha habido horas de espera observando a las nubes, desesperados... ha habido un rodaje. Saco el móvil y pienso en la gente a la que quisiera llamar para dar las gracias, para decirles que he salido vivo de esta y que espero que no sea la última. Es demasiada gente. No llamo. Tres horas más tarde estoy en una litera de tren, rumbo a otro trabajo. El de abajo está bastante borracho.
Estas son algunas de las cosas que quiero recordar del año 2007.
¿Cuáles son las vuestras?
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