Lágrimas en una habitación de hotel
¿Has tenido que aguantar, defendiéndote con torpeza mientras el segundo a bordo del productor, viendo que había barra libre, ha aprovechado para criticar la duración de la historia, buscando con cuidado los ejemplos más ofensivos… (Incluso los torpes son hábiles cuando se trata de hacer daño)? ¿Has mirado a tu alrededor en el restaurante preguntándote por qué demonios las mesas de ese sitio tan pijo estaban tan cerca unas de otras? …seguro de que los tipos de al lado, aunque simulan no escuchar, lo han oído todo. Volverán a casa en su todo-terreno hablando por el manos libres diciendo: “joder, he escuchado como a un guionista le estaban poniendo a parir”.
¿Has intentado evadirte creyendo que puedes aislarte del dolor, ser budista por un momento pero… cuando has vuelto a la conversación todo estaba igual?
O peor…
Pues bien, si alguna vez te ha tocado vivir algo así, aquí llega un triste consuelo: M. Night Shyamalan también.
Pues sí, el director y guionista de “El Sexto Sentido”, entre otras, tuvo una de esas discusiones francas sobre uno de sus borradores de “The Lady in the Water”. Y estoy seguro de que hubiera deseado que la discusión hubiera sido algo menos franca.
Después de la comida, en la que los altos ejecutivos de Touchstone, compañía para la que había trabajado el director durante años, la emprendieron con el guión – dice que el aluvión de críticas fue tal que llegó a pensar que pronto iban a meterse también con el tipo de letra en el que estaba impreso – Shyamalan rompió a llorar.
Sí, eso es. El guionista de “El protegido” llorando por los comentarios negativos.
Lo he leído aquí, un artículo que avanza el contenido de un libro sobre Shyamalan y su ruptura con Touchstone.
Porque, claro, esa es una de las pequeñas diferencias, cuando uno es Shyamalan, tras una de estas reuniones francas, se marcha a otra productora.
El artículo dice que, tras esa célebre cena, las del director no fueron las únicas lágrimas.
También la productora, Nina Jacobson, con la que Shyamalan había trabajado en sus cuatro largometrajes anteriores, echó a llorar cuando llegó su habitación de hotel.