25.10.07

Fiesta privada

Ya sabéis que los cortos y los Goya nunca se han llevado demasiado bien.

Como ya escribí aquí, la selección de los cortometrajes (y la de los largos documentales) es especialmente cuestionable.

Pero, en lugar de abordar este problema, este año la Academia tiene previsto, simplemente, eliminar de la gala la entrega de los tres premios a cortometraje (ficción, documental y animación).

Los premios los darían unos días antes, en la cena de nominados.

Podéis leer la información aquí.

El motivo de esta supresión: quieren agilizar la gala y acortar su duración.

Han tomado alguna otra medida para conseguirlo. Por ejemplo, parece que van a suprimir el Goya a la mejor película europea. Al fin atienden esa queja de los cineastas de Oceanía, que se sentían injustamente excluidos.

Ya en serio, creo que tienen razón: la gala es larga.

Y está claro que al espectador medio la entrega del Goya al mejor corto no le va a mantener pegado al sillón pero...

¿Alguien cree que a ese mismo espectador le interesa saber quién es el mejor montador de sonido? ¿O cuál ha sido el mejor guión adaptado? ¿Perderá unos minutos de sueño para poder ver en directo el discurso de la presidenta?

No. No nos engañemos, los premios que interesan al público general son: a los mejores actores, a la mejor película y, con suerte, al mejor director.

Y, engañémonos menos todavía, mucha gente ve la gala para criticar los vestidos o para reírse si a Paz Vega se le escapa una teta, o si el Goya Honorífico del año, un venerable montador con respiración asistida, se da un morrazo al bajar la escalera.

Pero nadie se plantea eliminar de la gala a los de maquillaje, a los de sonido o al tipo ese tan feo que se ha currado un documental sobre la Legión Cóndor.

En cambio, se atreven con los pequeños.

Se atreven contigo, querido friki, que llevas seis meses moviendo frame a frame figuras de plastilina en el garaje que heredaste de tu abuelo después de aquél desgraciado accidente de tractor.

Tu sueño es llegar a la gala de los Goya y dedicarle el premio al yayo, dondequiera que esté, mientras alzas al cielo ese cabezón sin ningún tipo de remuneración económica.

Pues nada, querido friki, este año olvídate de ese sueño.

Hay que hacer la gala más corta, argumentan.

Algo así pretendían el año que inventaron aquello del micrófono que se hundía.

No acabó de funcionar, ¿verdad?

¿Por qué no se rinden a la evidencia?

Una gala de entrega de premios es larga, por naturaleza.

Asúmanlo, por favor.

Si vas al dentista, no le pides que pase de preliminares, que se deje de anestesias.

Si vas a una boda, no le gritas al cura que se salte lo de los Efesios, y lo de "nosoydignodequeentresenmicasaperounapalabratuya...". Lo has oído mil veces, pero te aguantas.

Estás en una boda porque te ha tocado el marrón.

Haberte puesto condón, guapo.

Pues lo de los Goya es como una boda, una cosa bastante larga, con gente que intenta ir bien vestida y decir algo gracioso. Casi nadie consigue ninguna de las dos cosas, lo cual hace que, si eres un poco sádico, el asunto sea mucho más divertido todavía.

Nadie va a una boda pensando que en un cuarto de hora se la ha quitado de encima.

Nadie va a ver una película sobre la conquista de América pensando que eso se acaba en 80 minutos.


Hay cosas largas y dolorosas.

Conquistar América es una de ellas. Ver los Goya es otra.

Quien va a los Goya, o quien se sienta ante la pantalla, firma un contrato tácito con la Industria del Cine Español (caso de que tal cosa exista).

Las cláusulas secretas de ese contrato implican que, a cambio de ese fugaz guiño de la teta de Paz Vega, el espectador deberá soportar ciertas cosas. Entre ellas:


- (Por lo menos un...) discurso chauvinista contra el cine norteamericano,


- Un premio a una película extranjera que recoge un primo del distribuidor,


- Un premiado que se pone histérico,


- Un niño muy repelente que, al recoger su Goya, da una lección de saber estar a todos los demás premiados,


- Un emotivo discurso a favor de una causa altruista (casi siempre, el discurso es tan torpe que te planteas seriamente afiliarte a una plataforma de apoyo a los asesinos de ballenas, por ejemplo)


- Un premio para Aguirresarobe y/o Alberto Iglesias,


- Un momento de insuperable vergüenza ajena,


- Que todo el mundo diga que la más elegante es Goya Toledo,


y...


- Que salga un friki, con los dedos todavía pegajosos de plastilina, y reciba el premio al mejor corto de animación.


Las cosas son así.

Las galas son largas. En ellas sale un montón de gente a la que no conoces. Y cuanto menos te interesa el premiado, más familia tiene.

Pero, así como una actriz famosa, o un director, sabe que el año siguiente, si todo va bien, alguien le volverá a invitar a la gala, ese pobre friki de la plastilina posiblemente sólo tendrá una oportunidad de pisar esa alfombra en toda su vida.

Una oportunidad en toda su vida.

Y este año, los chicos de la Academia se la acaban de quitar.

(Si, como yo, créeis que unos Goya sin cortometrajistas son como una boda sin barra libre, podéis firmar aquí, una especie de carta de protesta a la Academia del Cine.)

Muchas gracias a Jonás por la información. Más posts sobre el mismo asunto en el blog del Pianista, en el de Vigalondo y en el de Sigfrid Monleón también. Sigfrid hace aquí un buen repaso por la historia del corto en España.

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12 Comments:

Blogger Libertad Kaiser said...

Más allá de decir amén como en las bodas y llamar a algún amigo al que ahora sí, jamás veré en la tele...gracias por hacerme recordar otra vez a la niña del Laberinto del fauno, su vestido blanco, y su sonrisita.

11:24 a. m.  
Blogger Unknown said...

Hombre un poco friki sí que eres pero no te veo yo con los dedos pegajosos de plastilina... quizás de alguna otra cosa...
vaselina...estricnina...penicilina...

2:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy bien dicho. ¡Guionista en Chamberí for president (de la Academia)!

3:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Varias matizaciones:

1. La longitud de la gala no tiene NADA QUE VER con los premiados. Lo que la hace larga es el desmesurado número de presentadores. Eso, y los "aderezos" en forma de interminables extractos de películas, o actuaciones musicales... en playback.

2. ¿No habíamos quedado en que la última gala tuvo una duración normal? Pues que repitan el esquema. Eso sí, previa puesta a disposición judicial del hiperactivo sastre de Corbacho.

3. Lo dije el año pasado, y lo repito este: DEJAD HABLAR A ZUTANITO.

7:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

desde que empezó el asunto no puedo evitar asomarme a la web indignad@ para ver quién firma,me encanta sobre todo el apartado "relación con el cortometraje",parecela guía del cine 2007-2008... desde artistas multidisciplinares hasta novias de cortometrajistas, padres de estudiantes de cine, vividores, técnicosdelimpieza de escuelas audivisuales... Es una lástima que no den además su teléfono... por cierto ¿tú has votado?

2:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Podían probar a poner la música más alta, como hacen en los mitines políticos cuando está el caciquillo local de turno hablando y se necesita que suba el líder por "exigencias de la TV".

Hay un ejemplo por ahí de cómo cortan a Luis Ramallo, ex del PP, que es hilarante...

...tan inevitable como el premio a Aguirresarrobe jeje¡¡

7:38 a. m.  
Blogger Galahan said...

Jeje, Pablo Llorens estará encantado con el post :P

Pues qué quieres que te diga, que tienes toda la razón. Sobretodo en los tópicos de la gala. Pero bueno, la gala de los Oscars tiene los suyos y la vemos embobados muchos...

En fin, ya he firmado la cosa esa pero no parece aceptar. No sé qué pasa...

Saludos!

10:40 a. m.  
Blogger Alberto Ramos said...

Si un cortometrajista muere (Dios no lo quiera), ¿proyectarán su foto en la gala de los Goya o la relegarán a la cena de los nominados?

12:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

a mi me gustó la idea del pianista de tirar los goyas a un vertedero. y la de vigalondo de mandarles a paseo. lo de firmar para que dejen entrar de nuevo a los cortometrajistas me parece un poco bajón. la academia parece cada vez más un club grouchiano, en el que el mayor honor es no pertenecer a él. y seamos realistas, para que el público que ve los goyas se entere de que un cortometrajista existe hay que ser candidato a los oscars o conocido de antemano por actor etc. vamos, que por darse a conocer tampoco va a ser.
perdón por la falta de mayúsculas pero tengo un brazo jodido y escribo con un dedo en vez de con dos.

7:59 p. m.  
Blogger Daniel said...

Vaya, no sé qué le pasa al contador de comentarios: sigue atascado en 4...

Sí, dragonfly, yo también me acordé de la niña del Fauno cuanod lo escribía.

Jorge, ¿vaselina? Hmmm... sí, elijo esto.

Flora: gracias por tu apoyo. ¿Te apuntas a ser mi ministra de exteriores? Ejem... tal vez tendríamos que ser académicos antes, ¿no?

Recuerdo tu memorable post, pianista. Muy de acuerdo con tu punto 2. Hombre, sobre el punto 1, evidentemente el número de premio sí tiene que ver con la duración de la gala pero, antes que suprimir algunos premios, como dice usted, evidentemente, se puede prescindir de esos otros elementos tan superfluos que usted cita.

Jimena, sí, muy curioso lo que dice la gente en la sección "relación con el cortometraje". Se descubre que hay millones de directores y guionistas en este país. Es lógico si todos hacen como yo, firmar dos veces (la edad no perdona, el parkinson menos, debí dar cuádruple clic).

Sí, lo de subir la música suele funcionar. Suele, porque una vez me dieron un premio y estuve hablando por encima de la música durante un buen rato. ; ) Molaría ver eso de Ramallo. ¿Está en YouTube?

Galahan. Ejem... ahora me he dado cuenta de que también tenía en la cabeza a Llorens al escribir esto. Pero no tuve ninguna intención de meterme con él, ¿eh?
No le digas nada, que creo que ahora se ha apuntado a un gimnasio...

Al, si un cortometrajista muere (d.n.l.q.)... yo creo que se entera su familia más próxima, y, como mucho, otros cortometrajistas le dedican una canción en un karaoke cutre.

Anónimo manco, Cervantes del Ciberespacio, no soy yo tan nihilista como el pianista ni tan cachondo como Vigalondo (esto último sí, pero quería hacer la rima fácil). Yo creo que festivales dedicados íntegramente al corto hay muchos y con mucho prestigio, así que no veo la necesidad de hacer unos "Goyitos" dedicados al corto. Lo de tirar el trofeo... yo lo haría sólo si no lo he ganado yo. A mí me molaría ganar un Goya, lo admito. Aunque sea a actriz revelación. Personalmente, me molaría que se volviera a la situación del año pasado pero, eso sí, con un matiz: que la selección de los cortos y los docus las hicieran... personas normales.

3:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como quieren una gala corta, quitan los 'cortos'. Si consideran que una gala corta es mejor por naturaleza que una gala larga, ¿por qué no quitan los premios a los 'largos'? No entiendo nada.

12:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tienes razón en TODO. Yo sugiero que no la emitan por TV y punto. Y que se coman los del cine su gala. Podrían poner trocitos antes de sus películas en las salas o algo así.
Me caen mal los del cine español. No quieren que veamos pelis norteamericanas y ellos se inflan a ver series norteamericanas (que si "Roma", "a dos metros...", "soprano"... anda y que les zurzan. Y los de los cortos, pues ninguna pena tampoco... a mi los que me dan pena son la gente con problemas de verdad, no estos pijillos neuróticos y egocéntricos. Es mejor la tele. Es una mierdecilla pero nadie va de nada. Como la vida misma

7:16 p. m.  

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