19.4.06

MFI


Imagínate en una isla griega. Te has llevado el portátil y escribes una revisión de la escaleta para la sesión del día siguiente. Has dejado abierta la puerta del balcón de tu habitación del hotel y alguien te ha visto. Es el portugués, ese tipo que ha visto todas las películas de Benito Zambrano. De hecho, parece que ha visto todas las películas de todo el mundo.

Dice que va a la playa. Lleva la toalla y te pregunta, en ese inglés de andar por casa que se ha convertido en el lenguaje de la isla, si te apetece ir con él. Piensas un momento y decides que sí.

La playa no es de esas de los anuncios. No es de arena blanca. Es mejor. Es de verdad. Por ahí anda esa guionista del Este, esa que te ha mirado antes. Su historia (algo sobre un mago con problemas existenciales) te parece un poco coñazo, pero eso es lo de menos.

Intentas hacer el muerto pero nunca te sale… tragas algo de agua. Miras la isla. Casi se ve entera desde donde estás. Hay un volcán, pero… es un volcán tímido… de hecho, es un volcán que va hacia abajo, más bien, parece un desagüe. Mientras, piensas un poco en lo que ha dicho tu tutor sobre tu historia. Tal vez tenía razón con eso de fundir esos dos personajes en uno. De hecho, él quería fundir todos los personajes en uno. Es una locura. Lo dijo para provocar, para que te lo replantearas de nuevo... ¿O tal vez no?

Vuelves a la orilla. Sigues sin aprender a andar sobre esas piedras negras. Llegas medio dolorido. El portugués se ha sentado con ese tipo que habla con monosílabos, el turco que sostiene que “Killing Zoe” es la obra maestra del cine moderno.

Por la noche iréis a cenar a una de las tabernas del pueblo, tal vez a esa en la que sirven esos inmensos chuletones. Aunque tal vez esta vez te tomes un buen pescado hecho a la parrilla. O moussaka. Es una plaza preciosa, las casitas blancas y un gran árbol frondoso en el centro. Es increíble que baste con uno solo de esos cupones que te dieron los de la organización para pagar toda la comida.

Estaría bien tomar unas cervezas después de la cena en ese bar que hay junto al mar. Con dos cervezas, tal vez te atrevas a acercarte a la chica del guión del mago deprimido. Con tres cervezas le dirías que te ha gustado su guión. No tomes cuatro. Con cuatro le dirías la verdad.
Pero... también tienes que acabar la revisión de la escaleta.

Bueno, mejor no agobiarse, el sol se está poniendo ya. Es el mejor momento del día. Piensas que es irónico que estés en Grecia, donde empezó casi todo, intentando aprender a escribir. Bueno, es irónico y lógico a la vez.

Lo único malo del asunto es que no quedan demasiados días para que esto se acabe. Sabes que luego volverás, otras dos veces, a otras dos islas diferentes. Pero serán estancias más cortas y ya no hará tan buen tiempo. Casi todo el mundo habrá avanzado con su guión, otros habrán desistido definitivamente. Tal vez el húngaro se líe con la italiana. Tal vez consigamos entender de una vez la historia de ese francés. Y tal vez de paso también sepamos porqué nunca se cambia de camiseta.

Todo esto se llama Mediterranean Film Institute y lo disfruté hace unos años con mi amigo y co-guionista Juanma Ruíz Córdoba y muchos otros compañeros de un montón de países de Europa.

Tengo que decir que, cuando nosotros participamos en el MFI, Canal Plus Guiones era uno de los patrocinadores del seminario y corrió con todos nuestros gastos. Eso, ejem, contribuyó a hacer tan estupenda la experiencia. Ahora las cosas han cambiado en ese aspecto, ya no existe Canal Plus Guiones y creo que cada participante debe buscarse la financiación por su cuenta. También creo que han cambiado los lugares de algunas sesiones.

De todos modos, estoy seguro de que nadie se arrepentirá si participa en este seminario.

Coral Cruz, amiga y antigua responsable de Canal Plus Guiones, me pregunta si puedo incluir un enlace al MFI en esta página. Cómo no.
Pulsa aquí. Es la puerta al paraíso de los guionistas.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ea, ahora dos días sin hablar con los jodíos dientes largos...

2:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Vaya, yo creía que no. Pero sí, es cierto: se puede morir de la envidia.

Mis últimas palabras: te odio. Pero en el buen sentido, claro.

4:08 p. m.  
Blogger Daniel said...

Sorry, txopsuey, la verdad es que me pasaron el link poco antes de semana santa y, entre las vacaciones y la traducción, he tardado en incluirlo.

Espero que, si te interesa, puedas inscribirte para la próxima edición.

Gracias por tus comentarios sobre el blog.

Un saludo

12:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Efectivamente, la página no furrula. Lo cual nos hace pensar, a mí y a Los Míos, que toda esa historia del paraíso de los guionistas y del hedonismo insular y de la arena (blanquísima) en los canzoncillos sencillamente es un timo. Otro más. Puñetera gente que se gana la vida con la ficción. Nunca fiarse. No nos dejáis.

12:33 p. m.  
Blogger Daniel said...

ritxar, ándate con cuidado que sé por donde correteas.

;)

11:15 p. m.  

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