Sangre y risa
Esta semana, creo que fue el mismo día, vi dos imágenes que a ciertas personas les hicieron reír. Yo, sin negar que en un principio algo en ellas me hizo gracia, no acabé de encontrarlas divertidas.
Una era esta secuencia paródica, incluida en la película "Julie y Julia" (por cierto, la película en sí es una celebración de la alegría de vivir - y de comer-, que me pareció bastante recomendable).
Reconozco que al ver esta imitación de Julia Child emití ciertas risas pero eran más bien nerviosas. Creo que fue porque casi nunca me hacen reír los gags con sangre.
Muchas veces, el humor está basado en el dolor exagerado que algo supone a un personaje pero, como dijo Robert McKee en Lisboa, en una comedia no hay dolor real para el espectador, sólo para el personaje.
La sangre (cuando no es usada de una manera especialmente exagerada y, por lo tanto, paródica) me suele impedir reírme porque tengo ahí una prueba directa de que el dolor del personaje es real.
Un golpe en la cabeza puede provocar un anecdótico chichón o una hemorragia interna gravísima, pero, como espectador, la esperanza de que sólo sea lo primero me libera suficientemente como para reírme.
Tal vez sea una distinción ridícula pero... si hubiera sido sólo un golpe, un puñetazo, un chichón, hubiera podido reírme de la segunda imagen que vi ese día. Pero no. Ahí estaba la sangre. Y, perdonadme, pero de eso no sé reírme.
Etiquetas: casi guión, personal, realidad - ficción
1 Comments:
Idem.
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