Ya sabéis que la HBO ha revolucionado la ficción televisiva en los últimos años. Esa cadena solita ha sido responsable de Los Soprano, Sexo en Nueva York, A dos metros bajo tierra, The Wire y muchísimas otras series.
Detrás de ellas están David Chase, Darren Star, Alan Ball, David Simon y otros. Sin embargo, ¿quién era el directivo de la HBO que aprobaba esos proyectos? ¿Quién era el tipo que no sólo no les censuraba sino que… les pedía que fueran un poco más arriesgados?
Gracias a este artículo de hace unas semanas en el País Semanal, me enteré de que ese tipo era un tal Chris Albrecht (el que posa ante las palmeras en la foto de arriba). Albrecht ocupó el puesto de director de la HBO entre 2002 y 2007.
La razón de que ya no ocupe ese puesto, realmente llamativa y morbosa, también la supe por ese artículo.
A la salida de una pelea de boxeo en las Vegas, cuando estaban en el aparcamiento del casino MGM, Albrecht agredió a la joven actriz con la que había acudido al combate.
Fue detenido y, al cabo de unos días, pidió una baja temporal para poder ocuparse de sus problemas con el alcohol.
Las fuentes que he consultado no se ponen de acuerdo sobre si, antes de este incidente, Albrecht ya había agredido a una ejecutiva de HBO. Lo que sí está claro es que el directivo fue finalmente destituido y reemplazado por Bill Nelson.
Desde entonces, ha habido ciertas dudas sobre cómo sería la gestión de la HBO post - Albrecht.
Si In Treatment y Generation Kill fueron aprobadas por la nueva dirección, creo que no hay razón alguna para temer por el futuro de la cadena.
Aunque no haya escrito sobre ella todavía, In Treatment ha sido para mí una de las revelaciones de la temporada. Sin embargo, como acabo de terminar de ver Generation Kill, prefiero empezar a escribir sobre esta última y dejar la serie del psicólogo para otro post.
Generation Kill está basada en el libro de Evan Wright, un periodista de Rolling Stone que acompañó a las tropas norteamericanas al invadir Irak.
Los creadores de la serie son David Simon y Edward Burns, los mismos de The Wire, y eso se nota. Cambia el escenario, el presupuesto y, lamentablemente, también la duración de la serie (esta sólo consta de siete episodios de algo más de una hora cada uno).
Generation Kill se centra en una unidad de reconocimiento que atraviesa Irak rumbo a Bagdad. Supongo que recordaréis que la invasión en sí fue cuestión de pocos días (entre marzo y abril de 2003). Un paseo. Fue más tarde cuando todo se complicó. Sin embargo, esas pocas semanas de ofensiva no resultan tan plácidas vistas en la serie.
A lo largo de los episodios se suceden escaramuzas contra el enemigo emboscado pero… eso casi es secundario. Como cabría esperar de los creadores de The Wire, lo de menos es cómo luchan las fuerzas armadas contra sus adversarios sino… cómo funciona esa maquinaria militar.
Así como en The Wire la unidad especial de policía tenía unas oficinas lamentables y seguía utilizando máquinas de escribir y papel de calco, en Generation Kill todo un batallón del ejército más poderoso que ha visto la historia espera parado durante muchos minutos la llegada… del único traductor de árabe con el que cuenta. Sí, están invadiendo un país con un solo traductor.
Desencuentros entre jefes, inesperados gestos nobles de personajes innobles, momentos de inexplicable paz y belleza entre letrinas y bombardeos, personajes entrañables y detestables a un tiempo, errores imperdonables con gravísimas consecuencias y una extraña sensación de camaradería se suceden en una serie bélica con una sana ausencia de épica. Posiblemente, esto es lo más cerca del realismo que puede estar una serie norteamericana sobre la guerra.
Todos los actores (sí, actores: esta es otra serie casi exclusivamente masculina) son espectacularmente buenos. Pero entre ellos tal vez destaque Alexander Skarsgard, hijo de Stellan, que encarna a Iceman Colbert, un sargento rubio judío con un inmenso tatuaje a la espalda y una extraña autoridad.
Haceos un favor, no dejéis de ver esta serie. Parece ser que, después de todo, la edad de oro de la televisión no acabó en aquél aparcamiento de Las Vegas.
Aquí una buena entrevista con Edward Burns, co-creador de Generation Kill en el EP3 de esta semana (por cierto, Burns no tiene nada que ver con el director - actor de "Los Hermanos McMullen"). Aquí, noticias del NY Times sobre Chris Albrecht, su ascenso y caída en la HBO.
7 Comments:
Gracias por el texto Dani. Gran tipo Burns. Habrá que ver la serie.
jonás
Muchas gracias, Jonás.
Si, este Burns es un tipo a lo Jack London, uno de estos escritores aventureros norteamericanos.
Un abrazo
Disfruté como un enano viéndola. Recuerdo que ponía los altavoces a toda pastilla para poder meterme lo más posible en la historia, sentir la arena, el polvo, hasta el tabaco de mascar (dudo que mis vecinos se sintiesen tan felices como yo). Es una serie jodidamente abrumadora (el taco está totalmente justificado al hablar de esta serie), que consigue a la vez odiar a la especie humana y reconciliarte con ella.
Al leer tu texto me he vuelto a acordar de lo jodido que estoy sin internet, a la espera de poder los últimos cuatro capítulos de la última temporada de The Wire. Así que no sé si darte las gracias o...
Un abrazo, dani.
"García Márquez decía que admiraba a los compositores de boleros porque podían contar una historia de amor en tres minutos mientras que a él le llevaba seiscientas páginas. Bien. CSI es un bolero. The Wire es El amor en los tiempos del cólera". Esto dice H. Casciari en su blog y me parece una definición perfecta.
Me fascinan los argumentos policiacos y los que tienen que ver con abogados pero siento cierto rechazo por los temas bélicos. Sin embargo Simon, Burns y tu son suficiente para desear verla. Estoy segura de que la disfrutaré. Gracias Dani. Y un beso
Errores de concordancia y omisión: Simon, Burns y tú SOIS suficiente GARANTÍA. Perdón.
Reconozco que yo sigo temiendo por el futuro de la HBO ahora que no está Albrecht. Aunque aún tengo pendiente Generation kill, la estupenda In treatment no deja de ser una adaptación casi al pie de la letra de un éxito de la televisión israelí. Además, parece evidente que al menos parte de la vitalidad y el ingenio de la cadena se ha mudado a los despachos de Showtime y AMC.
Por otro lado, habrá merecido la pena si los aparcamientos son lugares más seguros con Bill Nelson.
Un motivo de despido, por cierto, que no hace más que agrandar la figura de Chris Albrecht y su compromiso con la calidad; podría haber salido de la pluma de David Chase.
Tomatín.
Adrián, un abrazo... ¿estás en esa biblioteca, esperando a volver internet en casa como hace unas semanas? La verdad es que me llevas mucho adelanto con The Wire (la dejé en la segunda temporada y no he vuelto a retomarla).
Miss, sí, hay géneros que dan un poco de pereza a veces pero... de verdad te recomiendo Generation Kill, siempre teniendo en cuenta que su ritmo narrativo es estilo The Wire (vamos, mucho menos trepidante que el de otras series).
Tomatín, más motivos para tu inquietud, creo que Albrecht dejó encargada In Treatment (como dices, al parecer es una adaptación muy fiel de la original israelí, de la que no he podido ver nada, pese a descargarme un vídeo porno homónimo). Por cierto, esa frase sobre la seguridad en los aparcamientos en la era Bill Nelson mola mucho! ;)
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