11.8.07

Cherchez la pasta (E.P.S.D.A.M.E.E. 2)

Siento sonar tan escéptico pero... en todo este asunto (y en casi todos los demás), os doy un consejo: no os creáis a los que os hablan de principios o derechos. Es una manera elegante de hablar de pasta.

Siempre se empieza invocando un derecho para... acabar pidiendo pasta.
Unos dicen "derechos de autor" pero, en el fondo, están diciendo: “quiero pasta”. Otros hablan del derecho a hacerse una copia privada o a compartir archivos... y, ¿de qué están hablando? De pasta, claro. De la que no quieren gastarse unos céntimos más en discos vírgenes, por ejemplo.

No es malo querer ganar pasta. O no querer perderla. Es cojonudo.
Lo que no entiendo es porqué le llaman amor cuando quieren decir sexo.
Con lo bonito que puede ser el sexo.
Volvamos al fango después de estas disquisiciones (a)morales.

Como decía en la primera parte de este pretencioso post, de golpe, todo un sector económico se ve obligado a ajustar sus precios y las condiciones en que ofrece su mercancía para competir con… un grupo de “amigos” que comparte gratuitamente el mismo producto.
Casi nada... es un reto inédito. No es la FNAC contra el top manta, que ofrece un producto de inferior calidad a un precio mucho más bajo. Es la FNAC contra un tipo que va regalando discos por la calle, a manos llenas.
Veamos qué se les ha ocurrido a los “afectados”.
Tratar de frenar la caída de ventas.
Por dos vías.
La zanahoria. Dar valor añadido al CD o DVD. Un DVD de un concierto por la compra del CD original, una entrada para un concierto exclusivo, un código de acceso a cierta página de Internet, un billete de Ryan Air a Budapest (bueno, esto me lo he inventado, pero igual cuela)…
Y el palo. Incluir en esos soportes algunas triquiñuelas tecnológicas que impidan su copia.
Por ahora, ninguna de las dos opciones funciona demasiado bien. El burro no avanza ni con el palo ni con la zanahoria. Las triquiñuelas para impedir la copia topan con la ley (recordemos que todo el mundo tiene derecho a hacer una copia privada de lo que ha adquirido si no va a comerciar con ella) y los valores añadidos no suelen resultar suficientemente atractivos como para animar demasiado las compras.

Igual es que el burro no avanza porque… el burro está muerto.
Ahora mismo, aunque suena raro, resulta más cómodo bajarte de Internet un disco que ya tienes en CD que buscarlo en la estantería, “ripeártelo” y meterlo en tu flamante iPod. Es decir, que te regalen un CD es como que te regalan un cojín del Atlético de Madrid. Ocupa espacio y sólo te sirve para el coche...
Estaremos de acuerdo en que el CD está muriendo.
Por ahora, el DVD va resistiendo mucho mejor por varias causas, entre ellas, que los archivos de imagen siguen siendo incómodos de descargar: tardan demasiado y, muchas veces, no son archivos de muy buena calidad de Internet. En cuanto la compresión mejore y se incremente la velocidad de transmisión (ya están en ello), seguramente el DVD correrá la misma suerte que el CD.
Así que tal vez haya que ir olvidándose de los soportes digitales y pensar más en las descargas de Internet.
(Pequeña reflexión aparte: curioso que el "soporte cultural" que lleva camino de resistir más tiempo sea el libro. El más primitivo. Hasta que se digitalice, claro.)
Después de esta excursión por las bellas estribaciones de la serranía de Úbeda, volvamos a la pregunta esencial (para las compañías productoras y discográficas. Tú y yo podemos dormir bastante bien sin resolverla, creo):
¿Puede uno competir ofreciendo descargas de pago contra descargas gratuitas?
Os adelanto que mi respuesta es “no sé, pero... creo que sí... en ciertas condiciones”.
¿En qué condiciones?
En mi opinión, además de fijar un precio razonable, a priori se me ocurren cuatro ventajas que puede ofrecer una descarga “oficial” sobre una de una red P2P:
Producto de mejor calidad. - Si uno se descarga un episodio de “Los Serrano” de la web de Telecinco o Globomedia, sabe que la imagen y el sonido tendrán mejor calidad (o igual, en el peor de los casos) que si lo hace desde una red P2P. Lo mismo respecto a los subtítulos de una serie extranjera, por ejemplo, que seguramente serán más fiables que los que pueda incorporar un voluntarioso muchacho de Puerto Rico.
Mayor velocidad en la descarga. – Esto, evidentemente, depende de la tecnología empleada en el servidor pero lo lógico es que descargar desde una web “oficial” sea más rápido que desde una P2P. Uno no dependería del número de usuarios que decidan compartir cierto archivo y… tener el ordenador encendido toda la noche. (Lo ideal para los archivos audiovisuales, en cualquier caso, sería que, en lugar de descargas convencionales, se tratara de streaming. Ver en tiempo real la película o episodio deseado).
Mayor seguridad en la descarga. Uno de los problemas de las redes P2P es la escasa seguridad que ofrecen las descargas. Archivos infectados, archivos incompletos o, muy frecuentemente, archivos que no se corresponden con lo que dice su título. ¿Quién no se ha descargado docenas de pelis porno creyendo que eran episodios de “Perdidos”? Ejem… sí, ahora mismo las borro. Descargar desde una página “oficial” evitaría este tipo de “desafortunados” percances.
Mayor oferta. Hay un montón de películas y discos muy difíciles de encontrar en buenas condiciones en las redes P2P. Busca en eMule “The Deal”, la tv movie de Frears para ITV, y me cuentas algo cuando la encuentres (sí, por favor, dime algo que llevo meses buscándola y bajándome bazofias homónimas con Christian Slater, mi contacto es guionistaenchamberi@gmail.com). Las productoras, distribuidoras y televisiones tienen una oportunidad única para rentabilizar su catálogo.
(Otra pequeña digresión: justo de esto trata, al parecer, “La larga cola” de Chis Anderson, un best seller sobre la “nueva economía” que todavía no leído – aquí un artículo en inglés que resume el libro-. Lo que defiende este autor es que la Red permite ofrecer una mayor variedad de productos limitando mucho los gastos de distribución y almacenamiento. -Además, en el caso de los artículos digitalizados, se trataría únicamente de almacenamiento y distribución virtuales, no físicos. Por fin, una buena noticia para las productoras de contenidos audiovisuales -. Ejemplo: a lo largo de un año tal vez sólo diez personas en todo Madrid estén interesadas en alquilar o comprar “The Deal”, la tv movie de la que he hablado antes. Para la distribuidora y productora sería un negocio ruinoso colocar copias en DVD de esa película en las tiendas de la ciudad. Lo lógico es que tal película no se distribuya, o, tal vez, ni siquiera se edite en DVD. Sin embargo, si la productora o distribuidora colgara de su web la película y la hiciera accesible a los internautas a cambio de una pequeña tarifa, sería un esfuerzo económico mucho menor - realizado sólo una vez - y que permitiría obtener unos beneficios durante largo tiempo. Beneficios que de otro modo no se percibirían, al estar el producto descatalogado).
Cumpliendo estas condiciones, ¿conseguirían las discográficas, productoras y distribuidoras de cine vencer a las descargas gratuitas o, al menos, limitar los daños?
No lo sé, pero... creo que sí.
La tienda virtual de Apple, iTunes, ya se ha convertido en el tercer vendedor de música de Estados Unidos. (Eso sí, ha nacido vinculada a uno de los productos más exitosos de los últimos años: el iPod).
Eso es en música... ¿Logrará alguien establecer una página de descargas “oficial” de películas y series?
Por ahora, en España, la única que conozco que lo está intentando es Filmotech.
El éxito de estas páginas dependerá de las condiciones de las descargas. Y de los precios (aquí, como si se tratara de una curiosa subasta de eBay, los internautas han fijado el precio que estarían dispuestos a pagar por canción. Entre 30 y 45 céntimos de euro).
¿Qué creéis vosotros?
¿Estaríais dispuestos a pagar por un episodio de serie de tele en streaming?¿Y por una peli? ¿Cuánta pasta? ¿No? ¿Preferiríais tragaros publicidad obligatoria? ¿O nada de nada, ahora que muchos de esos contenidos están disponibles gratuitamente?
Sea como sea, creo que las compañías pierden más no intentándolo que... poniéndose a ello ya mismo.


(¿Creíais que esto se había acabado? Yo también. Pero de pronto me doy cuenta de que... apenas he hablado de derechos de autor... Así que tendré que decir algo sobre ellos en... ni idea de cómo se titulará la próxima entrega, tío, ni idea...)

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11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Dices que "el éxito de estas páginas dependerá de las condiciones de las descargas. Y de los precios".

Creo que te dejas el factor fundamental para el éxito: la exhaustividad (que no la selectividad) de los catálogos.

El gran secreto de "la nueva era" no es que la gente pueda acceder gratuitamente a los contenidos. Es que puede acceder, así de sencillo. La gente está dispuesta a pagar (como tú bien dices, la demostración es iTunes). A lo que no está dispuesta nunca más es que le SECUESTREN su acervo cultural.

Ahora queremos oír esos discos de Miles Davis que su discográfica no consideró comerciales. Queremos ver esas pelis experimentales que nadie quiso distribuir. Conocemos la existencia de esos documentales que cuestionan las teorías oficiales sobre el SIDA que nadie ha tenido huevos para editar.

Los problemas de los grandes grupos de comunicación los han creado ellos, porque han confundido su tarea: en vez de conformarse con empaquetar y vender -que es su verdadero trabajo-, han querido decidir qué debemos y, sobre todo, qué NO debemos consumir.

La solución está clara: catálogos exhaustivos, universalmente accesibles. O eso, o crear una dictadura planetaria que nos impida acceder libremente a la cultura.

Olé tus cojones, Dani, por entrar en tan delicada cuestión.

2:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues yo a la descarga P2P(respecto a las películas) le veo una pega enorme con respecto a los formatos tangibles: los PC´S son coladeros de virus. Y claro, si tiene los filmes en el disco duro para ahorrar, puede ocurrir que:

A)Se llene hasta los topes.
B)El ordenador palme y pierdas todos los datos.

Es decir: al final los filmes que te bajas acaban en muchos casos en dvd aunque no quieras...

3:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Metabarón, llevo años "compartiendo" películas y no se me ha colado ni un virus. Ni uno sólo. No sé de qué coladeros hablas.

Respecto al tema, el futuro lo han apuntado en algún blog que otro: Utilizar internet, no antagonizarlo. Ver al consumidor como lo que es, un amigo al que cuidar, porque de él depende, amigo empresario, tu brunch del domingo. No somos bárbaros, ni catetos, ni ladrones, ni hostias. Simplemente nos ofrecen el producto de una manera más asequible que antes. Y claro, pa mi pa siempre. Tendrá que estrujarse los sesos un poco, amigo empresario, para que nos pasemos a su bando de nuevo. Puede que no sea tan difícil. Internet está ahí, los anunciantes siguen pagando, nosotros seguimos hambrientos. Dénos de comer, pero con clase, no nos tire la comida en el plato, por favor.

8:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues un servidor tiene el PC repleto de antivirus y aún así se ha infectado hasta las cachas. Igual que a mucha otra gente.

Eso sí: no digo que el P2P sea lo que introduce los virus. Internet a secas tiene más peligro que...

10:13 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

El tema tiene muchas facetas. Yo, como ya sabes, no le veo más que beneficios al escenario que se está planteando. Otra de las virtudes es la que comentáis tú y pianista: La puesta en circulación de materiales secuestrados por lo que se supone que debe gustarnos y debemos ver en familia. En el terreno musical están al alcance de cualquiera propuestas que es imposible conocer sino eras un súper entendido en la materia y además vivías en una gran ciudad. Cualquier músico puede darse a conocer en la red de una manera mucho más sencilla que hace apenas cinco años. De la misma manera discos ya desaparecidos, (discográficas enteras en el caso del blues por ejemplo) vuelven a poder oírse gracias a las redes. En el terreno audiovisual pasa tres cuartos de lo mismo. En poco tiempo se recuperaran filmografías olvidadas y se podrán dar a conocer otras actuales que desconocemos.

En cuanto al tema de la pasta. Simplificando, mientras haya productos, habrá anunciantes y mientras se haga cultura que interese a la gente los anunciantes querrán aprovechar ese tirón para enseñar sus productos.

Por cierto, lo del cojín del atleti, ¿me lo puedes explicar?. Como decía John Self: Creo que hay algo que no he acabado de pillar.

6:10 p. m.  
Blogger Unknown said...

Sí, pianista, de acuerdo contigo, a eso me refiero en con la última condición (donde meto el rollo sobre el libro "La larga cola"). Ahí donde la industria ve una crisis, tendría que ver una oportunidad de rentabilizar productos descatalogados sin tener que editarlos y distribuirlos de nuevo.

La verdad es que hasta suena bien, todos los discos, todas las películas todo siempre accesible...

metabarón, ya sabes que me siento muy identificado con ese caso B que citas...

...de todos modos, y como dice lupus, creo que mi PC no colapsó por virus llegados por eMule. Al parecer fue un ventilador que no enfriaba lo suficiente... ¿será eso sólo de verdad?

Sí, meta, es cierto que uno acaba grabando en DVDs vírgenes mucha de la información que llena el disco duro pero creo que eso irá disminuyendo a medida que se generalicen los discos duros portátiles, los reproductores de mucha capacidad, las redes wifi en el interior de la casa, cosas que evitarán que uno tenga que pasar las pelis a un soporte físico.

laserie, muy interesante todo lo que comentas, al igual que tu post sobre el asunto. Estoy muy de acuerdo contigo sobre las posibilidades que ofrece Internet, todo lo que dices es cierto y muy lógico. La cuestión es que un sector entero tiene que reconvertirse a la nueva situación y algunos lo han logrado con rapidez y otros... otros están todavía en ello. Lo de la pasta y la publi es también muy interesante. En el próximo post trataré sobre esto.

No le dés vueltas a lo del atleti, un chiste malo. Muy malo.

12:09 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Guionista,

Cuando dices que el burro está muerto, conviene hacer algunas aclaraciones para que nadie se confunda de burro (aunque esto suponga dar alguna pista obvia a tanto cateto que anda suelto por la industria de la música y todavía no se ha enterado; ojo los de la industria del video, que van detrás).

La música no ha muerto. de hecho creo que le queda larga vida. Parece obvio, pero mucha gente se queda en lo fácil y esto no lo ve tan claro. A otra gente parece que le conviene que el mercado piense que el top manta o internet acabarán con la música. Este burro está a salvo.

¿Y el CD? El CD agoniza. Se mantiene vivo porque alguien le ha colocado la respiración asistida. ¿Y ni siquiera vamos a darle una muerte digna? En mi opinión el CD no desaparecerá completamente (como no lo ha hecho el vinilo), pero pasará a ser un artículo muy muy de nicho. Para las masas, en el fondo, será como si no existiera (hoy hay chavales que descubren qué es un tocadiscos con 12 años). Este burro morirá.

El burro que YA está muerto es el del modelo de negocio clásico de la música: YO (discográfica) selecciono grupo, YO lo promociono, YO te vendo el CD, YO te sigo diciendo cómo debes escuchar esa música.

"The Long Tail" te lo presto si prometes montar un P2P (Person 2 Person) invitandome a una cerveza antes de dejar la ciudad de las rotondas.

Me encantaría contarte mi visión más profunda del tema si quieres, pero es que soy muy vago para escribir y hoy ya he batido mi record de comentario largo del año.

Un abrazo,

Oscar

5:44 p. m.  
Blogger Unknown said...

Óscar, me lo has quitado de la lengua... una versión más larga de este post, que reduje para no cansaros, incluía estos párrafos:

"Todo esto augura que pronto el CD irá extinguiéndose (hasta quedar en algo residual como pasa ahora con el cassette -el vinilo, por lo menos, mantiene su utilidad para los disc jockeys-)
Discográficas, estudios de grabación y tiendas de discos cierran a cada rato. Ahora mismo estoy en Pamplona, mi ciudad. No sobrevive ni una sola de las tiendas en las que solía comprar discos. Vale, eso dice algo sobre mi edad. Pero no sólo sobre eso. (¿Por cierto, cómo es posible que una de esas tiendas, Kilkir, siga oliendo a porro ahora que ha cerrado y ha sido remplazada por una tienda de ropa? Necesitamos a Iker Jiménez por aquí.)
Esto no significa ni mucho menos que la música vaya a desaparecer como pretenden hacernos creer algunas campañas tremendistas. Lo que se está terminando es un modelo de negocio asociado a una tecnología concreta. La música sobrevivió a la muerte del disco de pizarra y a “Bulería”. Sobrevivirá al CD también."

O sea, como ves, absolutamente de acuerdo contigo.

Ah, y tú fuiste el primero en hablarme de "The long tail", gracias.

Muchas gracias por el jugoso comentario, por batir el récord del año y... a ver si puede ser lo de esa cerveza antes de que tú y yo salgamos de la ciudad. Abrazo fuerte.

6:21 p. m.  
Blogger Miss Julie said...

Vaya posts que te estás currando, amigo. ¡Oro puro! Cuesta trabajo ponerse a comentar porque el asunto es duro y sesudo, pero seguro que verás que es muy visitado. Beso.

¿Andarás por Madrid hacia la semaine prochaine?

7:56 p. m.  
Blogger Unknown said...

¡Muchísimas gracias, Miss!

Sí, la semana que viene estoy en Madrid, calculo que desde el miércoles. Disponible para lo que haga falta.

Besos.

12:02 a. m.  
Blogger Tamaruca said...

Como amante de los "soportes culturales" -véase libros, vinilos...- personalmente no me descargaría algo si tuviera que pagarlo. Con las películas que me gustan, por ejemplo, prefiero ir a la tienda y adquirir el DVD original, evitando colapsar el disco duro como apunta Metabarón. Respecto al el tema de la seguridad en la descarga... bueno, siempre es relativo. En la oficina pagamos un pastón por un antivirus supuestamente de lo más eficaz y... en fin...

Y respecto a la obsesión moderna de que las cosas no ocupen espacio, ¿y por qué no? Detesto las estanterías vacías. Y me niego a seguir ahorrando espacio para que los "zuloviviendas" a los que tenemos acceso los jóvenes parezcan grandes.

Un saludo.

4:32 p. m.  

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