19.5.07

Folios en... blanco


Escribo una escena para una serie. Todas las esperanzas de dos chicas que han montado una empresa de diseño de ropa están depositadas en un pedido de mil camisetas blancas que recibieron casi por error.

De lo que sean capaces de dibujar sobre esas camisetas dependerá la supervivencia de su pequeña empresa.

Y entonces pienso que esas mil camisetas son como los quinientos folios de papel que hay sobre mi estantería.
De lo que escriba en ellos dependerá mi futuro...

¿Folios en blanco he escrito?

¿Todavía hay alguien que se cree eso?

Pobre iluso...

¿Cómo? ¿Tú también crees que existen los folios en blanco?

Pues, amigo mío, siento hacértelo saber así de bruscamente pero... los folios... sólo parece que están en blanco.

Desde hace mucho tiempo, desde siempre, los amigos fabricantes de papel introducen algo, sutilmente impregnado en las fibras de los folios.

Y lo que introducen son... todas las historias.

Todas las historias, las escritas y las que están aún por escribir.

En esos folios que reposan en el segundo estante más polvoriento de mi casa, están todas las historias imaginables.

¿Ahora entendéis por qué está tan caro el papel?

¿No jugábais de pequeños a escribir sobre una hoja con una pluma mojada en zumo de limón?
Era una especie de tinta invisible y el mensaje sólo se veía al acercar el papel al fuego.

Pues eso, los compres en el Vips de Gran Vía, en el estanco de un pueblo turístico de la costa o en la tienda más pequeña del barrio de tus abuelos, te garantizo que tus folios contendrán todas las historias. Eso sí, escritas con tinta invisible. "La Ilíada" y "Cómo ser mujer y no morir en el intento", el prospecto de un medicamento aún por inventar para una enfermedad aún por descubrir, el tratamiento de "Torrente" y la sinopsis de “El séptimo sello”... en farsi.

Todo eso y mil cosas más, en tu folio.
¿Serás capaz de sacarlas a la luz?



P.D.: Gracias a mi memoria por flaquear convenientemente, por permitirme creer que esta idea era mía, al menos durante el rato necesario para escribirla.

Luego, claro, Borges, la biblioteca de Babel...

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7 Comments:

Blogger Fender Stratokaster said...

En uno de esos programas culturales del gobierno donde se promueve las tradiciones y costumbres de los pueblos, logré ver un reportaje que mostraba a un humilde anciano tallando madera, el anciano se ganaba la vida haciendo figuras de toros, jinetes y caballos. Algunas esculturas representaban escenas sangrientas de furiosos toros arremetiendo contra el torero, o jinetes charros lazando borregos. El reportero fascinado por su trabajo le preguntó:

—¿Cómo es qué logra hacer tan formidables figuras de madera, señor?
—Yo no hago nada, -contestó el anciano mostrando en su mano un tosco barrote de madera-. Las figuras ya están ahí..., yo sólo quito la madera que sobra...

10:52 p. m.  
Blogger Josep Joan Bertran said...

Sobre tu posdata. No es que la idea no sea tuya lo que pasa es que es sabido que a veces algunos folios en "blanco" esconden historias repetidas. Un saludo.

9:07 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Quizás gracias a los folios en blanco sepamos alguna vez si el tobillo de Carlos Viejo no se resintió después de su heroica y enfermiza euforia en el concierto del Comando Cucaracha.

Saludos!

12:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Miguel Angel pensaba lo mísmo del mármol.

1:23 p. m.  
Blogger Daniel said...

Vaya, en un momentito, he plagiado al anciano del documental, a Borges y a Miguel Ángel, este multiplagio, ni Ana Rosa...

Ya ves, sobreunanube, es lo malo de reciclar papel. ; )

Un abrazo, Carmichael. El gran Carlos Viejo y los Comando Cucaracha, menuda noche la nuestra. ; )

7:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Fabuloso. Da igual que sea de Borges. Recordarlo es una forma de recrearlo. Fabuloso, insisto.

10:06 p. m.  
Blogger Daniel said...

Muchas gracias, anónimo. Insisto, muchas gracias.

2:23 p. m.  

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