1.7.08

Fútbol y voz en off



Una semanita de vacaciones, cercanas y baratas.

Durante estos días veo partidos de fútbol y, en general, me gustan las retransmisiones de Cuatro. Eso sí, no entiendo porqué aparece una muñeca bastante diabólica de vez en cuando. No, no me refiero a Relaño, sino a una inquietante figura de arpillera redondita y mullida. No, tampoco hablo de Camacho.

Como ya estáis imaginando, a partir de aquí os voy a regalar una de mis habituales excursiones por la sierra jienense, más concretamente por los cerros de Úbeda. Pobrecitos.

Dos comentaristas de Cuatro, los mencionados Relaño y Camacho, repiten en cada encuentro que el juego que le corresponde y conviene al equipo español es el pase en corto. En casa varios repetimos la teoría, censurando cada pase largo de Puyol o Senna. Dos niñas saharauis que mis padres acogen en verano escuchan nuestras críticas y, en cuanto ven el siguiente pelotazo largo, protestan en voz alta, reclamando que ese no es el tipo de juego que debe emplear nuestra selección.

Ok, tal vez Relaño, Camacho, nosotros y las niñas saharauis por contagio tengamos razón pero... toda esta cadena me hace pensar en un par de cosas. Menos alejadas del espíritu de este blog de lo que parece.

Pienso en cómo sería una retransmisión que tratara de ser fiel a lo que los anglosajones llamarían la "experiencia" real de ver un partido de fútbol.

Una única cámara, bastante alejada del terreno de juego. Plano general, jugadores apenas distinguibles. Sin repeticiones de jugadas ni primeros planos. Sin narración, con sonido ambiente. En pay per view y pagando 30 euros por verla.

Posiblemente la llamaríamos... una auténtica mierda de retransmisión.

Cuando uno acude a un campo de fútbol, acostumbrado a ver el deporte por la tele, echa de menos todos los elementos que caracterizan a las retransmisiones: no sabe quién demonios ha tirado a puerta, debe preguntarle al vecino si el balón lo ha desviado el portero o el poste, se pierde acciones importantes y, en cambio, se fija en detalles insignificantes: el número de fotógrafos que se agolpan tras las porterías, el bocata que se está comiendo el niño de la bandera, lo poco que defiende Roberto Carlos...

La televisión, en cambio, te ofrece un montón de datos que se te escaparían si estuvieras allí: Xavi ha recorrido 5,3 kilómetros y ha dado seis pases buenos, eso que parecía penalti, según la cámara ultralenta no lo es...

Además, a ese despliegue de datos, van unidas, como decía antes, opiniones: este no es el juego que nos conviene, aquél jugador, procedente del Besiktas, marca la diferencia, los cambios del entrenador han sido acertados...

En resumen, a lo que voy, una retransmisión de un partido de fútbol es un relato elaborado en tiempo real, una búsqueda de causas y consecuencias en la experiencia desordenada. Un intento de buscar orden, de establecer jerarquías: el que está destacando es este jugador, aquél cambio ha roto el partido, desde el minuto 20 nos hemos descentrado, este equipo está buscando los penaltis...

Una buena retransmisión permite ver mejor el fútbol, entender mejor lo que sucede por debajo de la peripecia. Además, permite aprender. Cuando un espectador acostumbrado a buenas retransmisiones acuda a un campo a ver un partido en directo, estará mejor preparado para establecer distinciones, para decidir cosas tan abstractas como qué equipo está mejor asentado en el terreno de juego o qué jugador está leyendo mejor el partido.

Sin embargo, las retransmisiones actuales están tan sobrecargadas de información y juicio que... apenas hay espacio para que el espectador se enfrente al partido con un mínimo de libertad. No hay posibilidad de que dirija el ojo en una dirección no prevista por el realizador. Apenas hay oportunidad de que piense de un modo diferente al del narrador, recordando, por ejemplo, que uno de los goles más importantes de la selección española vino de un pase muy largo.

Las retransmisones de televisión actuales, en cierto modo son como una película con... demasiada voz en off.
Carlos cruza la habitación, apaga un cigarrillo y se asoma a la ventana, mira al vacío.
VOZ EN OFF 1
Carlos ha cruzado la habitación de un lado a otro y...
atención, ha apagado el pitillo y se ha
asomado a la ventana... mirando...

VOZ EN OFF 2
Yo diría que está pensando en su familia
y en ese acontecimiento que le ocurrió
hace seis años: está resentido.

VOZ EN OFF 3
En efecto, recordemos para nuestros espectadores
que, hace seis años, Carlos López fue abandonado
por sus padres en el párking de un Caprabo.

VOZ EN OFF 4
Perdonad que os corte pero es que estoy aquí
con un espectador muy animado... ¿qué opinas
sobre la actitud de Carlos? ¿Te gusta?

VOZ EN OFF 5
Sí, Carlos es la caña de España...

VOZ EN OFF 6
Atención porque ahora Carlos abre
la ventana y se atusa el pelo...

VOZ EN OFF 7
Sin duda, se trata de su
complejo con la alopecia...

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

en mi caso particular, prefiero ver el partido en la cancha, cantar con tus compañeros hinchas, estar mas cerca del espectaculo y gritar ls goles en el estadio no tienen precio(en realidad si, una entrada)
aunque, me encante la comodidad de ver un partido en mi casa, tirado en mi sillon con una pizza y una gaseosa, siempre me van a arruinar todo los comentarios de los relatores

12:02 a. m.  
Blogger guionistaconrayban said...

¿has probado alguna vez a ver el partido por televisión al tiempo que escuchas la retransmisión de la radio?

Es una experiencia solamente comparable a ver un DVD con el audiocomentario para ciegos puesto.

"Baja la escalera. Gira a la izquierda. Mira a la chica. Abre la boca.

- ¿Tienes fuego?

La chica duda. Se lleva la mano al bolsillo. Saca el mechero.

¡Gooool!"

2:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Para mí la verdadera comparación es con JUGAR al fútbol.
Y sí, llevamos una vida vicaria y dirigida. Cada día es más dificil pensar con claridad y por tu cuenta.
Voces en off por todas partes... ¡¿qué va a ser de nosotros?!

9:36 a. m.  

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