5.3.08

Una décima de segundo, en Barcelona

A veces, durante una décima de segundo, una escena que uno ha escrito, representada en un ensayo precario, en la cocina de un piso prestado, funciona. Incluso brilla.

Y, sólo por esa décima de segundo, merecen la pena los viajes, los años de carrera, los despidos, los trabajos mal pagados, los kilómetros recorridos en metro o a pie hacia aquella productora en la que te hacían el favor de tenerte de becario leyendo novelas de Corín Tellado. Merecen la pena las peleas familiares, los libros de teoría de guión, los cambios de ciudad, las frustrantes reuniones con productores que no habían leído lo que comentaban, los proyectos fallidos, los festivales de cortos en los que acabas con una botella de vino en cada bolsillo del abrigo…

De pronto, durante un instante, uno es consciente de que ha escrito algo digno o, ¡qué carajo!, tal vez incluso ha escrito algo bueno. Al menos, los actores se lo hacen ver así.

Y, por fin, todo merece la pena.

¿Os ha pasado alguna vez algo parecido? ¿Os habéis sentido verdaderamente orgullosos de algo que habéis escrito al verlo representado, y mejorado, por un buen grupo de actores?

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5 Comments:

Blogger Josep Joan Bertran said...

No, no me ha pasado nunca :-( pero tiempo al tiempo :-)

Me has hecho emocionar tío. A ver si esos momentos se multiplican y os sale un peazo corto.

8:09 p. m.  
Blogger guionistaconrayban said...

Me ha pasado, fueron 4 líneas de diálogo de nada que cada vez que veo (y oigo) me parece que los ha tenido que escribir otro.

3:41 p. m.  
Blogger José Ignacio said...

Me paso con la primero obra de teatro que escribí y dirigí.
Durante los primeros minutos de la representación había un silencio sepulcral en la sala. Yo sentía que todos se estaban aburriendo. Me quería morir, de hecho me estaba muriendo de los nervios y de vergüenza.
De repente empezaron a reír y ya no pararon durante el resto de la obra.
Yo volví a la vida y fui feliz.

Realmente, es por esos momentos por lo que uno aguanta todos los marrones de esta profesión.

PD: Gran parte del mérito fue de los actores.

4:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ay, qué pocas veces pasa eso...

Pero si trabajas mucho, acaba pasando aunque sea de pura chiripa, jeje. No digo que sea tu caso, es más bien el mío.

Y, como dice José Ignacio, casi siempre el mérito es, como mínimo al 50%, de los actores.

Abrazos y mucha mierda con el corto.

10:08 p. m.  
Blogger Unknown said...

Cabrón! ya veo que te has olvidado de mí.

El figurante nº 14 se va Berlín.

Suerte.

5:13 p. m.  

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