9.11.10

Tres buenas noticias

Chicos, tal vez sea un iluso pero… las últimas semanas me han hecho ser algo optimista sobre el futuro de las series televisivas en nuestro país. Por tres motivos.

Estoy seguro de que todos conocéis uno de ellos.

Hispania

Una serie muy sólida, con una factura técnica sin apenas precedentes en la televisión de nuestro país, bien escrita, bien interpretada y creíble. Uno de sus mayores méritos, en mi opinión, no se ha destacado suficientemente: "Hispania" es épica y… funciona. La ficción en nuestro país (y no hablo sólo de la televisiva) ha sido, en general, cómica o, como mucho, de tono realista, costumbrista. No recuerdo otro caso reciente de película o serie en la que los personajes lucharan por algo grande, por unos ideales colectivos de manera seria y verosímil. Nuestra ficción, tal vez por un exceso de épica nacionalista vivida durante los años de la Dictadura franquista, tal vez por seguir una tradición algo cínica, había sido en los últimos tiempos incapaz de contar una historia épica. Los escasos intentos realizados se enmascaraban tras exaltaciones poéticas del fracaso (“Alatriste”) o revisiones poco preocupadas por la fidelidad histórica pasadas por el filtro de la comedia costumbrista y el cómic (“Águila Roja”). En ese sentido, "Hispania" no es sólo una serie de éxito, no es sólo el fenómeno de la temporada, sino que abre para nuestra ficción un terreno inexplorado durante muchos años. Parte del mérito de la serie de Bambú para Antena 3 es que, precisamente por adentrarse en un terreno casi virgen, se ha visto obligada a establecer las normas, a crear un universo por el que transitarán (sin duda) muchas series a partir de ahora. Me explico: los guionistas, sus directores, actores… han tenido que establecer cómo hablan esos personajes, hasta qué punto son necesarios los arcaísmos en el lenguaje, hasta qué punto deben ser fieles a la historia documentada, hasta dónde pueden llegar los escotes de las actrices... Los actores (y quienes les dirigen) han debido establecer hasta qué punto deben expresarse con el tono natural con el que acostumbran a hablar y hasta qué punto usar el tono sin acentos y ceremonioso que casi inconscientemente asociamos con aquella época…

Ojo, evidentemente, como cualquier espectador, tengo unas cuantas reservas sobre la serie (en mi caso, me gustaría que el tono épico se aliviara de vez en cuando, que hubiera algún momento de menor exaltación dramática, que nos permitiera ver la vida cotidiana de esos pueblos, y las relaciones entre sus personajes) pero, como incluso sus máximos responsables han escrito aquí, en Bloguionistas, todos sabemos que no se trata de una serie perfecta, sino de lo mejor que han sido capaces de hacer. Y, en mi opinión, desde luego, lo que han conseguido ha sido mucho. Muchísimo.

En definitiva, en mi opinión, lo mejor de “Hispania” no es sólo que sea una estupenda serie, sino que, además, abre el camino por el que podrán transitar muchas más, y ójala sean tan buenas como esta.

Al menos para mí, la segunda buena noticia de estas semanas ha sido...

Museo Coconut

La primera sitcom de los "Chanantes" fue estrenada el lunes pasado en Antena Neox. Así como la acogida de “Hispania” ha sido casi unánimente positiva, “Museo Coconut” ha recibido una respuesta mucho más tibia. Las críticas más duras han llegado, en una aparente paradoja, de quienes se dicen “grandes fans” de los “Chanantes”. Se produce aquí algo parecido al síndrome del fan de los grupos independientes que comienza a despreciar a su banda antes favorita porque ha fichado por una multinacional y comienza a vender muchos más discos: los supuestos fans son más cerradis que los propios artistas y se desesperan porque en “Museo Coconut” no existe la sección Celebrities, no sale Enjuto Mojamuto o dejan de repetirse algunas frases emblemáticas de anteriores programas. Afortunadamente, los “Chanantes” son más flexibles que muchos de sus fans. Sin ser una serie perfecta (no creo que exista tal cosa, por cierto) “Museo Coconut” es una sitcom que dura lo que debe durar una sitcom, basada en personajes claramente definidos y que, en mi opinión, mezcla adecuadamente el humor surrealista de los Chanantes con las exigencias de una trama (en la que existe, evidentemente, menor libertad que una sucesión de sketches).

Es cierto que las risas (grabadas en directo, no enlatadas) resultan algo exageradas y molestas (aunque uno no tarda demasiado en acostumbrarse a ellas) y que visualmente es una serie poco atractiva, pero opino que no está, en tampoco en estos aspectos, demasiado lejos de series internacionales como “The IT Crowd”. Precisamente me parece que “Museo Coconut” comparte con esta serie británica un envoltorio de sitcom clásica (casi antigua) y unos contenidos surrealistas y subversivos.

Justo lo contrario es lo que consigue la tercera buena noticia de estas semanas:

¿Qué fue de Jorge Sanz?

He podido ver la serie completa en un pase previo a la emisión, que empieza este viernes 12, en Digital + (después, para los no abonados, estará disponible en la web de la cadena y en DVD).

Como ha dicho repetidamente el propio creador de “¿QFDJS?” (abrevio así a partir de ahora), David Trueba, la referencia de su serie es clara: “Curb your enthusiasm” de Larry David, es decir, una serie en la que la realidad y la ficción se entrelazan, en la que los géneros (cómico y dramático) se mezclan. No hay aquí risas grabadas, no hay un solo plató, tampoco un travelling o una steady... pero, también paradójicamente, hay imágenes apenas vistas en nuestras series: conversaciones en la cabina de un tren AVE a toda velocidad, paseos por la playa de Barcelona, hasta un accidentado rodaje en Guatemala... Todo parecen grabaciones domésticas del viaje de Jorge Sanz, un héroe imperturbable, hacia la miseria, o, por ser algo menos dramático, hacia esa miseria que es para un actor el olvido.

La serie está llena de actores y famosos interpretándose a si mismos: Santiago Segura y Juan Luis Galiardo, antológicos en un no menos antológico episodio dedicado a los Premios Goya, Antonio Resines, Juan Diego Botto… todos ellos aceptaron aparecer en la serie riéndose de sí mismos, o, más precisamente, de la imagen que proyectan.

Resulta curioso, pero también lógico, que la renovación formal de la comedia televisiva, la llegada a nuestra televisión de este "look pseudodocumental" y este tono agridulce (que tiene también mucho que ver con el de series británicas como “Extras” o “The Office” de Ricky Gervais) vengan de la mano de un director y guionista procedente, sobre todo, del mundo del cine.

“¿QFDJS?” no es la serie para los espectadores que esperan una ficción de evasión, llena de chistes o supuestamente sorprendentes giros de guión. Al contrario que casi toda la ficción televisiva realizada en nuestro país, la serie dirigida por David Trueba quiere parecerse a la vida, a eso que ocurre fuera de los platós, y tal vez, precisamente por ello, narra la historia de alguien que apenas sabe vivir fuera de ellos.

Lo mejor de estas tres series es que, como decía en el caso de “Hispania”, abren tres nuevos caminos, casi inexplorados, a la ficción televisiva. Tres tonos que, por fin, no tienen que ver con la dramedia pseudocostumbrista a la que estamos acostumbrados. No es casualidad que ninguna de estas tres series proceda de las grandes productoras surgidas a partir de la llegada de las televisiones privadas. Tampoco que dos de ellas, las dos comedias, orientadas a públicos menos amplios, procedan de cadenas que, hasta ahora, no habían apostado por la producción propia: Antena Neox y Digital Plus. ¿Estamos por fin ante la llegada de series más específicas, para un público más definido? Yo diría que sí. Pienso que, por fin, después de una larga espera, creo los tiempos están cambiando. Para bien.

(La semana que viene, Análisis del guión de "La Red Social" dirigida por David Fincher, escrita por Aaron Sorkin)

3 Comments:

Anonymous Adama said...

Iluso no se, más bien te veo demasiado exaltado, sobre todo en lo que toca a Museo Coconut, que hay que decirlo yo, es un truño mayúsculo, y compararlo con algo tan bien escrito y actuado (en sus mejores momentos) como es The IT crowd no es más que otra muestra de complejo de inferioridad nacional disimulado de patrioterismo barato.

2:05 p. m.  
Blogger Raquel Márquez said...

Viva tu "exaltación" y lo bien que lo explicas tó, ¡olé!

9:16 p. m.  
Blogger Daniel said...

Adama, es cuestión de opiniones, a mi Museo Coconut me gustó, pasado cierto shock inicial. Eso sí, el tercero me pareció el más flojo. Me han acusado de muchas cosas (y casi siempre con razón) pero de patriotero nunca.

¡Gracias, Raquel! Te mando un beso.

11:45 p. m.  

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