Ideología
En su post del pasado martes, David Muñoz hablaba de "Through stranger eyes" de David Brin, que analizaba “ideológicamente” algunas estructuras narrativas, sobre todo el Mito del Héroe, analizado en "El héroe de las mil caras" de Joseph Campbell, y denunciaba que detrás de este paradigma narrativo se podían encontrar ideas "fascistoides"; una exaltación de la aristocracia, etc.
Suelo ponerme a temblar cada vez que alguien analiza películas o series desde un punto de vista ideológico: es como sentarse ante un comisario que analiza el trabajo de uno, juzgándolo únicamente como algo políticamente eficaz o no.
Sin embargo, también opino, como David en su post, que los guionistas tomamos decisiones instintivas en nuestros guiones, sin sospechar siquiera las posibles interpretaciones políticas o ideológicas que éstas pueden tener.
Me gustaría dedicar un momento a pensar en este asunto. Os prometo que será menos pesado de lo que parece.
Tomemos una película comercial norteamericana de estudio. (Una peli que será o intentará ser) Un gran éxito . Veamos algunas características que suelen repetirse con cierta frecuencia.
1 Un héroe (habitualmente un hombre). Tipo corriente: inteligente, pero no excesivamente culto, bueno, pero no un santo, listo, pero no un genio.
2 Se enfrenta a dificultades exteriores. Al contrario de lo que muchos otros harían en su situación, el héroe decide enfrentarse al problema. Lo hace a su manera. Muchas veces su decisión le lleva a enfrentarse al colectivo, que no entiende su rebeldía.
3 A pesar de estar básicamente solo, el héroe sí cuenta con la ayuda de algún aliado o maestro que, en muchos casos, le insta a conectar con algún tipo de fuerza interior, más mística que racional.
4 Gracias a su esfuerzo, aplicando las enseñanzas del maestro y superando sus debilidades, el protagonista logra vencer el problema, el conflicto.
5 Tras este final feliz, el héroe regresa a la situación inicial… mejorada. Ahora se conoce mejor a sí mismo, ya que ha aprendido algo. La sociedad, en agradecimiento, también le tiene en mayor consideración: ahora es un poco más que un tipo corriente. Además, su éxito viene acompañado de algún tipo de triunfo secundario (éxito sentimental y/o económico).
(He extraído estas características generales de mi experiencia como espectador de películas. Seguramente me he dejado unas cuantas. Muchas de ellas coinciden con las etapas del Mito del Héroe. No es raro, dado que este paradigma narrativo se ha convertido en el molde por el que están hechas casi todas las películas comerciales. Evidentemente, hay muchos casos en los que los guiones no cumplen todos estos puntos. Por ejemplo, es muy habitual que el héroe moderno sea... un antihéroe que no alcanza un triunfo total ni una inserción social satisfactoria ni siquiera tras su éxito).
Vamos paso a paso.
¿Qué consecuencias ideológicas pueden sacarse de esos puntos?
Punto 1
- Estamos solos. La sociedad es un conjunto de individuos.
- Lo que mola es ser normal: citar a Dante es de raros. No hacer nada de deporte es de raros. Cuidarse mucho es de raros. No cuidarse nada es de raros. Hay un término medio. Eso es lo que mola. Ahí está el héroe. Lo extraordinario está oculto en lo ordinario.
Punto 2
- No se puede esperar demasiado de los demás. Cuando hay un problema, uno tiene que actuar por sí mismo. Las instituciones son ineficaces, cuando no corruptas.
Punto 3
- Existe el conocimiento. Existe la capacidad de transmitirlo. Aprender te hace más fuerte. Los soberbios no aprenden.
- Existen fuerzas místicas, poderes interiores… la realidad no se conoce únicamente con los sentidos y la razón. Hay algo más. Y la fe es la puerta.
Punto 4
- El esfuerzo obtiene recompensa. Una persona corriente que se esfuerza logra su objetivo.
Punto 5
- La mejor manera de obtener reconocimiento social es… separarse de la sociedad, llevar a cabo un acto de cierta rebeldía.
- El éxito individual suele implicar el reconocimiento social, sentimental y económico.
En resumen, el cine comercial de Hollywood, el que sigue este tipo de esquema de guión, viene a enfatizar básicamente una tesis que podría resumirse así: una persona corriente puede vencer cualquier obstáculo si se esfuerza y encuentra en su interior cierta fuerza interior. No cabe esperar mucha ayuda de la sociedad. Dejar de creer en uno mismo es la puerta a la derrota. Por cierto, el triunfo y la derrota son claramente distinguibles.
Como veis, básicamente, el cine comercial de Hollywood, utilizando habitualmente el paradigma del Mito del Héroe, trasmite los valores norteamericanos más clásicos: individualismo, meritocracia, búsqueda del éxito, exaltación del trabajo, de la educación como algo eminentemente práctico y de cierta “rebeldía” constructiva, creencia en la existencia de “fuerzas sobrenaturales” (religiones, fuerzas de la naturaleza, tradiciones milenarias) y una visión optimista que invita a confiar en el inevitable triunfo de la verdad y la justicia.
Personalmente, comparto muchos de estos valores (aunque no todos) e imagino que a muchos de vosotros (aunque tal vez no os hayáis parado a pensar demasiado en ello) os ocurre algo parecido.
¿Se debe el éxito del cine comercial a ello, a que conecta con los valores compartidos por la mayor parte del público o... tiene el público esos valores porque ha sido adoctrinado durante años por una ficción que pretendía imponerlos?
Etiquetas: cine, cine usa, reflexiones sobre escritura
2 Comments:
Interesting!!
Lo que más me gusta de analizar las cosas ideológicamente, es que, quieras o no, al hacerlo dices mucho de ti mismo. Seguro que la mayoría harían otra interpretación más o menos diferente de esos puntos del viaje del héroe, pero la tuya dice algo de ti. O sea, que no estás del todo solo, porque te comunicas y creo que te entiendo :)
¿Mi respuesta a lo último? Las películas que pasan a la historia y que gustan a más cantidad de gente son las que conectan con algo que ya estaba ahí antes de que viéramos películas. O sea, cada vez creo menos en la capacidad de adoctrinar de los medios. No queremos ganar porque gane Rocky, sino que nos gusta ver Rocky porque queremos ganar.
Tu última reflexión es una pregunta que me hago casi cada día.
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