6.7.10

¿Una nueva dimensión?

Tal vez alguno de vosotros se haya enterado de que hace unos meses se estrenó una película llamada “Avatar” dirigida por James Cameron.

La película fue un éxito mundial descomunal. En plena crisis de la exhibición en salas, consiguió una recaudación aproximada de 2.730 millones de dólares. En términos absolutos, es la más taquillera de la historia.

Muchas salas de todo el mundo adquirieron proyectores de video digital sólo para poder exhibir esta película en 3D (aunque también se exhibió en 2D). En España, por ejemplo, el parque de cines con proyección digital en 3D era en abril de este año de 266 salas, casi un diez por ciento del total.

Hace algún tiempo leí que “Avatar” iba a salvar el cine. Posiblemente era un titular algo exagerado, pero el efecto de la película de Cameron en la exhibición cinematográfica creo que sólo puede ser comparable a los que se produjeron cuando se introdujeron el sonido y el color. Creo que ni siquiera la introducción de los diferentes sistemas de sonido o los efectos visuales por ordenador han influido tanto en la manera de exhibir y ver el cine.

Desde hace años se hablaba de que iba siendo necesario que el parque de proyectores de cine se fuera reconvirtiendo al digital. Las copias en “celuloide” son un caro y voluminoso anacronismo en un tiempo en el que todas las demás fases de la elaboración de una película pueden hacerse (y con gran calidad) en formatos digitales.
Sin embargo, ha hecho falta una película de gran presupuesto, apoyada por un gran estudio y una exagerada campaña de marketing para que muchos cines decidiera que ahora era el momento de acometer esa inversión.

En la estela de “Avatar” han llegado a esas salas numerosas películas en 3D. Muchas de ellas no habían sido rodadas con la intención de ser proyectadas así. Este artículo de El País, bastante interesante, habla sobre lo oportunista que ha resultado la reconversión en 3D ("dimensionalización") de películas como “Furia de titanes”. El proceso de conversión es caro y complejo. Además, es importante rodar sabiendo que la película va a exhibirse en 3D, para evitar movimientos de cámara demasiado rápidos, para jugar inteligentemente con los planos y para no oscurecer demasiado la fotografía (las gafas privan a la película de gran parte de su luminosidad).

Los grandes estudios de Hollywood han encontrado el modo de volver a llevar a los espectadores que habían empezado a desertar de los cines. Además, el argumento de las tres dimensiones ha servido para que los espectadores, en estos tiempos de descargas gratuitas de cine desde Internet, paguen más aún por cada entrada de cine (la entrada para ver "Avatar" en 3D costaba hasta un 50 por ciento más que en la versión de dos dimensiones). Recientemente se ha producido en España el curioso fenómeno de que la película con más espectadores y la de mayor recaudación no fueran la misma.

Sin embargo, la tecnología 3D no sólo ha llegado a las salas. Los televisores y ordenadores 3D comienzan a venderse a precios casi normales. Y existe un canal específico de Canal Satélite Digital que emitirá con esta tecnología. De hecho, ya está retransmitiendo así algunos partidos del actual Mundial de fútbol (sí, están jugando un campeonato de este deporte actualmente en Sudáfrica, os lo juro).

Como ocurre casi siempre, la generalización de una tecnología provoca una modificación cultural. Si las tres dimensiones se imponen mayoritariamente, cambiará la manera de ver, producir y… escribir las películas y series. Al menos durante un tiempo, la fascinación por el invento llevará a que la ficción se llene de acción, persecuciones y elementos que asalten sorpresivamente al espectador.

Alineación al centroSin embargo, tengo mis dudas de que esta tecnología vaya a imponerse permanentemente y, sobre todo, de que vaya a generalizarse también en otros géneros más realistas y menos espectaculares (drama intimista, comedia romántica…). Grabar en 3D exige un gasto suplementario (y verlo exige unas gafas especiales) que creo que no está muy justificado en algunos géneros cinematográficos. Tal vez, incluso, esta versión digital de las tres dimensiones corra la misma suerte que la anaglífica (la de las clásicas gafas con celofán rojo y verde) y acabe olvidada una vez pasado el fervor inicial. O, tal vez ocurra justo al contrario y, a partir de ahora, ver cualquier película o serie en dos dimensiones empiece a resultarnos poco natural y anacrónico.

Es difícil apostar en plena oleada de cine en tres dimensiones pero… mi impresión es que esta tecnología va a utilizarse principalmente en películas de acción, terror y, sobre todo, de animación. También pienso que, dentro de unos años, más que la reintroducción del cine en 3D, agradeceremos que “Avatar” ayudara a renovar los cines. Ojala los proyectores de vídeo digital que se han instalado gracias a la obra de James Cameron sirvan en el futuro para proyectar pequeñas películas que ahora no pueden exhibirse, en parte, por el gran coste que supone realizar y distribuir copias en 35mm.

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lo mejor de la revolución 3D va a ser la renovación del parque de proyectores. Esa será la verdadera revolución a la hora de flexibilizar contenidos en las salas....

10:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"la fascinación por el invento llevará a que la ficción se llene de acción, persecuciones y elementos que asalten sorpresivamente al espectador."

Y yo que me creía que la ficción ya estaba llena de acción, persecuciones y elementos que asalten sorpresivamente al espectador. He vivido equivocado.

9:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo creo que el 3D no va a cambiar tanto las cosas.

Primero, porque mantendrá en lo alto a los blockbusters, diferenciándolos aún más del cine drmático común.

Tres dimensiones contra dos: derrota segura.

Y segundo, porque el 3D casero está ya aquí. Y la llegada de televisores HD de enormes dimensiones sin gafas es cuestión de muy poco tiempo.

Así que la pregunta se vuelve a plantear. ¿Para que ir al cine? ¿Van a cambiar de nuevo los sistemas de proyección?

Un tema complicado.

No será cuestión de meses (más bien de años), pero en cuanto las TV´S HD 3D se impongan, el problema de las salas será de nuevo el mismo.

Eso sí: el relieve va a hacer que la planificación de los filmes regrese a un punto más coherente y digerible. Menos Paul Greengrass y más Jim Cameron.

Aunque de momento la cosa no es más que un juguete para amplificar el impacto de los FX visuales.

Servidor se atrevería a decir que el mayor impacto va a ser en le mundo de los videojuegos.

Mi conclusión: las salas de cine morirán más tarde o más temprano. La nueva tecnología (un ejemplo: DVD) se impone antes en las casas que en las salas.

¿Ustedes qué opinan?

5:09 p. m.  
Blogger Rubén D. Caviedes said...

Gran blog éste. Un descubrimiento. Felicidades.

3:40 p. m.  
Blogger ManoloAM said...

No pretendo atacar al 3D, sería un error del pasa que ya se ha cometido en el cine con el sonido o el color, pero le veo un par de pegas.
En primer lugar, las gafas y molestias que trae llevarlas, además de la infraestructura que necesitamos para ver en 3d, aunque supongo que este es un problema solucionable con la tecnología.
La segunda pega, la veo más complicada de resolver y es que pensandolo mucho, no encuentro ningún aporte del 3D a la narración. Simplemente es más espectacular la imagen, pero no nos dice más que la imágen en 2D. Quizás, si el punto de vista cambiase en función del lugar de la butaca, o que pudieses ver en 360 grados, pero no es así... Quizás parezca más real y nos metamos en esos mundos fantasticos, pero nos cuentan algo más que lo que nos contaban antes,... no se ¿Qué os parece?

6:32 p. m.  

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