10.2.11

Entrevista a Tina Olivares "Esperando Septiembre"

Primero, Tina, enhorabuena por tu película, independientemente de los escasísimos medios con que la has producido, me pareció muy entretenida, bien escrita y con unas estupendas interpretaciones. ¿Puedes resumirnos, brevemente, de qué va “Esperando Septiembre”?

¿Has pasado alguna vez Agosto sin un duro en Madrid? … ¿Has llegado a estar tan pelado de pasta que encontrar un euro en el bolsillo abría un mundo de posibilidades?... ¿Has mirado meditadamente una factura de luz pensando de dónde coño vas a sacar el dinero para pagarla?...

Esta es una comedia simpática sobre cinco amigos que sufren la crisis económica y les estalla en la cara el hallazgo de una bolsa con 20 millones de pesetas en billetes de las antiguas pesetas. Un tesoro de dos caras que los une y separa a la vez. Les une porque se necesitan para cambiar el dinero de a poquito en el Banco de España y les separa porque, ya se sabe, cuando el dinero entra en las relaciones humanas, la amistad sale por la ventana...

¿Cuál era tu carrera antes de dirigir este primer largo? ¿En qué series escribiste? ¿Siempre tuviste claro que querías dirigir?

Mi trayectoria profesional es bastante variopinta, llegué a Madrid hace quince años y aparte de vendedora de almanaques puerta a puerta, llegué a ser secretaria de producción en RTVE. Después, cronológicamente, camarera, ayudante de producción en Lola Films, camarera, ayudante de producción en Star Line P.C., camarera y por fin en el año 2000, guionista en Globomedia, abandoné el mundo de la hostelería intermitente para escribir series de ficción en diversas productoras. Lo último: “Los Misterios de Laura” y “Mi gemela es hija única”. También he ganado el Premio Nacional SGAE de Teatro Infantil con mi obra "Au Revoir Marie" y he escrito y dirigido dos cortos: “Las hormigas acuden puntuales a las citas” (2004) y “Energy!” (2007), el primero de ellos puedes verlo en YouTube.

Y sí, siempre tuve claro que quería dirigir. Lo que no sabía muy bien era cómo iba a conseguirlo. “Esperando Septiembre” ha sido un dejarse llevar.

¿Cuándo decidiste ponerte con esta idea?

La idea de “Esperando Septiembre” nació en 2008, en Albacete. Estaba escribiendo el guión de lo que espero sea mi segundo largo y me disciplinaba todos los días yendo a la biblioteca pública. En el camino pasaba por el solar de una casa donde todavía se percibían perfectamente las habitaciones, la cocina, el baño, … Se me ocurrió pensar que pasaría si alguien hubiese dejado los ahorros de toda su vida escondidos detrás de alguno de aquellos azulejos. Tenía que ser mucha pasta y tenían que ser pesetas. Le conté la idea a mi hermana y ella, mientras preparaba un potito para su hijo, me dio el mejor punto de giro de la trama: ¿Y si esos millones no eran los ahorros de alguien, sino que tenían un origen mucho más siniestro?...

Creo que fue muy importante la colaboración con los actores. ¿Los conocías desde antes?

Hice un casting mental entre la gente que conocía. David Tenreiro (“Gente Pez”), Pedro Almagro (“La Fiesta”) y Victoria Teijeiro (Premio Max 2007) habían trabajado conmigo en “Energy!” y a Ana López (“Juicio a los Humanos”) y Natalia Erice (“Vaya semanita”) las había visto trabajar en teatro. Fui individualmente a hablar con cada uno de ellos y les propuse el proyecto. Les encantó y en la primavera de 2009 empecé a reunirme por separado con cada actor para hablar de su personaje, hablábamos de qué problema personal tenía, a qué se dedicaba,… cada uno puso en su personaje un montón de ilusión. Todos ellos me preguntaban quiénes eran los demás, pero yo callaba como si aquello fuera el Cesid, no quería que se contaminaran. Sólo los reuní por primera vez a todos al final, cuando la escaleta estaba terminada y en ella, todos estaban interrelacionados. Hubo muchas risas en aquella primera reunión.

¿”Esperando Septiembre” está grabada en un montón de diferentes localizaciones, con muchos exteriores (de Madrid, en verano) y un amplio reparto, todo esto lo conseguiste gratis?

Sip. La mayoría.

¿Hiciste tú misma las gestiones para conseguirlo todo? ¿Tenías experiencia en producción?

Si no hubiese sido por mis años como ayudante de producción, no hubiese tenido la templanza de abarcar todas las gestiones que implicó “Esperando Septiembre”. Es curioso como nada suma en vano.

¿Cuántas personas integraban el equipo técnico? ¿Con qué medios contábais?

Grabábamos con una Sony HDV y el micro a cámara (esto último es algo que no aconsejo del todo si no se sabe hacer bien), el equipo técnico de rodaje éramos Vera Domínguez, sonido directo, Aida Blas Espejo, estilista y script y yo como cámara. Toda la grabación se realizó a luz natural.

La grabación fue muy ágil y yo pude estar en contacto directo con mis actores, creo que esta forma de trabajar le ha dado mucha frescura a la peli.

¿Cuánto tiempo duró la grabación aproximadamente?

Si sumo todo junto tardamos un mes y una semana, pero ese total estuvo distribuido en varios meses.

¿Te planteaste alguna vez solicitar subvenciones públicas para levantar el proyecto?

“Esperando Septiembre” ha tomado categoría de película al final, cuando ha estado terminada, siempre fue un “vamos a ver qué pasa si hacemos esto”. Yo no quería sentir más presión que la que saliese de la propia historia. No sé si me explico. Las subvenciones son esperas, memorias de actividades, entregas, plazos. Era mi primera película y me centré en el claro objetivo de sostener una trama durante 90 minutos.

Ahora, la película terminada está despertando mucho interés (la “película anti-crisis” la han llamado en algún periódico) y parece que está adquiriendo una dimensión insospechada en un principio. Pero vamos, en resumen, esta película está pagada íntegramente de mi bolsillo. Supongo que pedir subvenciones hubiese ralentizado el proceso y es posible que esa espera hubiese sido infructuosa y hubiese acabado desanimando mi impulso inicial.

A pesar de que el presupuesto del proyecto era casi cero, sin duda, hay gastos imprescindibles (comidas para los actores, desplazamientos…). Si no es demasiada indiscreción, puedes decirnos ¿cuánto acabó costando “Esperando Septiembre”, aproximadamente?

Siempre respondo lo mismo, los gastos no han terminado. No quiero decir una cifra porque la peli es un pozo sin fondo y no quiero que se mida la película en función de su presupuesto. Mi respuesta a esta pregunta es la siguiente “no tengo la entrada de una casa pero tengo una película”, “no tengo un coche nuevo porque tengo una película”. Hay casas y coches de múltiples precios. La casa o el coche que te dejas de comprar que lo valore autónomamente cada uno. Con todo, es un buen sacrificio.

Creo firmemente que las “autoproducciones” cinematográficas se van a multiplicar, el coste de cada película es lo que menos debería importar en beneficio del brillo y la luz que tenga el argumento.

La verdad que puede desprender una historia es algo puro. Medir esa verdad en términos de cifras o formatos de grabación es, en todo caso, injusto.

Una vez acabada la película, empieza otra fase, la difusión por festivales y los intentos para conseguir distribución. ¿Cómo está yendo el proceso? ¿Podrías recordarnos cuándo y dónde va a verse “”Esperando Septiembre” próximamente?

Puedes ver “Esperando Septiembre” en la Sala Berlanga de Madrid, calle Andrés Mellado, 53. Desde este viernes 11 de Febrero hasta el jueves 17, en sesión de las 18:00. Precio entrada: 3 euros. (Nota del entrevistador: justo durante las mismas fechas, en la misma sala y al mismo precio, se proyecta "Dispongo de barcos" otra aventura autoproducida, escrita y dirigida por Juan Cavestany)

El sábado, 12 haremos una fiesta en la “Ciudadela” para todos los que hayan visto la película en sus dos primeros días de estreno. Si vas a Facebook y te agregas a la página de “Esperando Septiembre” tendrás todos los datos e información puntual de lo que está pasando con la peli.

En festivales está funcionando muy bien, acabamos de ganar el Premio a la Mejor Película en el Festival de Cine de Castilla La Mancha. Y en cuanto a su distribución comercial prefiero no hablar demasiado. Parece que surgen oportunidades pero como soy medio supersticiosa prefiero callar, por ahora. Si la peli se distribuye comercialmente serás el primero en saberlo.

¿Animarías a otros a que se lanzaran a este tipo de aventura “autoproducida”? ¿Qué has aprendido con ella? ¿Qué repetirías y qué no?

He aprendido a tener paciencia. Esa lección está por encima de cualquier aspecto técnico. Este oficio es una carrera de fondo y yo quiero aguantar sin llevarme una úlcera de regalo. He comprobado que las cosas llegan. Curiosamente llegan cuando más maduro estás para recibirlas y menos ilusión te hacen. Pero llegan.

¿Volvería a “autoproducirme”? Con más pasta, si. Eres el dueño de todo el proceso. Como novato es el aprendizaje total. Y como profesional también, porque tocas todos los palos. Un director que sabe lo que cuesta, desde conseguir una localización, hasta el esfuerzo de hacer una campaña de prensa, tiene una mirada más amplia. Es necesario que un director sepa producir. Por el bien de la película es absolutamente necesario.

¿Tienes algún otro proyecto personal en mente? ¿Será también “autoproducido”?

Tengo ese guión del que hablaba al principio. Una historia de misterio que tiene que ver con las herencias familiares. Mejor dicho, con lo que uno puede heredar de la familia, el prestigio y la fatalidad también se heredan. De nuevo es una historia de muchos personajes.

Y para ese proyecto concreto quiero contar con una productora.

Por último, te quería agradecer que hayas contestado a esta entrevista. Sin duda, gracias a tu peli y a tus respuestas, muchos lectores habrán sentido un impulso irresistible de salir a la calle a rodar sin pensárselo dos veces.

Muchísimas gracias a ti, Dani, pero una cosa: lo que no se piensa al principio se termina pensando al final. Aconsejo efusivamente que el autor/hacedor/autoproductor de una película se responda con claridad a esta pregunta antes de dar un solo paso:

Cuando esté terminada ¿para qué la quiero?

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